Etiqueta: 1997

Imagen Destacada - Textos Pregones de Navidad

Texto del Pregón de Navidad 1997 de la Asociación Belenista de Álava, a cargo de D.ª Paloma Gómez Borrero

22 Dic 97
Presidencia FEB
, ,
No Comments

Texto del Pregón de Navidad 1997
de la Asociación Belenista de Álava,
a cargo de D.ª Paloma Gómez Borrero

Imagotipo de la Asociación Belenista de ÁlavaA mediodía de ayer, domingo 21 de diciembre de 1997, ante el público que llenó el Teatro Principal Antzokia de Vitoria-Gasteiz, en un acto amenizado por un concierto de villancicos y música de distintos autores vascos a cargo de la Banda de Música de la Ertzaintza, D.ª Paloma Gómez Borrero, periodista y escritora, muy conocida por haber sido corresponsal de TVE en Italia y el Vaticano entre 1976 y 1983, pronunció el siguiente Pregón de Navidad.


«Ilustrísimo Sr. Alcalde, autoridades todas…, señoras y señores.

Me siento muy feliz de estar hoy con todos ustedes, muy orgullosa y agradecida por haberme elegido pregonera de las fiestas de Navidad.

Faltan muy pocos días para que en el mundo vuelva a resonar el augurio de paz y esperanza que hace 1997 años los ángeles anunciaron a unos pastores de la región de Judea, que no muy lejos de allí, en Belén, había nacido el Niño Dios. En el umbral del tercer milenio, cuando el mundo vive en un clima de odio y violencia, el canto de los ángeles es una necesidad en el corazón de todos. Por eso también, con este deseo de paz comienzo mi pregón de Navidad, de una Navidad que en tantas partes del planeta Tierra todavía se vive entre el silbar angustioso de las balas, el ruido ensordecedor de los misiles, entre muerte, desolación, miseria, hambre; los cuatro jinetes del Apocalipsis; de hoy.

Que esta Navidad que da paso al año nuevo, traiga fraternidad, convivencia en armonía entre los hombres. Y en los lugares, como en este queridísimo País Vasco, el silencio de la muerte, el terror de las armas deje paso al canto de la vida. Como me dijo un día Lech Walesa, «que las pistolas se carguen con flores».

Vengo a Vitoria hoy, a Vitoria la bella, la de los miradores blancos como transparentes palomas, a esta ciudad que me cautivó desde el primer instante en el que me adentré en ella, donde me perdí enamorada de su encanto por sus calles y plazas, donde me arrodillé a rezarle a la Virgen Blanca, como una vitoriana más. He venido a Gasteiz abrazada por campos verdes como esmeraldas, montes verdes como la esperanza, con el deseo de traeros el eco de la Navidad Vaticana, con el telón de fondo de la maravillosa plaza de San Pedro que se abre como un inmenso abrazo para acoger a la humanidad en un apretón de amor.

Desde hace siglos, a partir del primer domingo de Adviento, Roma se puebla de Nacimientos. Al igual que en Vitoria, donde no viene Papá Noël, sino el Olentzero, y la tradición del belén, a pesar de la dura competencia del árbol, perdura. Sé que es costumbre ir a admirar el Nacimiento monumental del parque de la Florida, donde muchas familias cumplen con el rito de pasear, normalmente bajo un frío helador, por los sinuosos senderos, a cuyos lados se van descubriendo las figuras y las casas a tamaño real de un belén tradicional, mientras se escucha música y villancicos. Y al terminar, creo que para calentarse un poquito -como quizás hicieron también los pastores y los Reyes Magos– os tomáis un vaso de vino caliente.

También es precioso el Nacimiento de la Iglesia de los Carmelitas. ¡Cuánto cariño y mimo hay dentro de él! Cada detalle está cuidado, pensado, realizado. Y en esos otros belenes que me han impresionado y alguno ¡impactado!: me han hecho meditar.

En la Ciudad eterna, también tenemos nacimientos artísticos preciosos. Los más populares son el del Ayuntamiento de Roma, que se instala en las escalinatas de la plaza de España trasladando el belén y la cueva al típico barrio del Trastévere; también es muy famoso el de los barrenderos de San Pedro, el único además que tiene el privilegio de recibir la visita del Papa.

En la segunda Navidad de su pontificado, Juan Pablo II se acercó a las montañas del Apenino Central, al pueblecito de Greccio, al monasterio donde vivió Francisco de Asís, el juglar de Dios. Francisco, aquella noche plagada de estrellas, evocó la llegada de Jesús a la tierra. El entusiasmo que se desprendía de su voz recordaba los signos de alegría de los pastores; al terminar de hablar, el pobrecito de Asís se inclinó sobre la piedra pesebre para adorar la imagen y ocurrió el milagro… el Niño sonrió. A partir de entonces, comenzó a extenderse por doquier la costumbre de representar de forma plástica la venida de Jesús.

El primer Papa polaco de la historia quiso revivir la noche de Greccio y se acercó por ello al monasterio franciscano para arrodillarse ante el altar del milagro y meditar en la celda estrecha y austera de San Francisco. A Greccio, Juan Pablo II, sólo fue aquella Navidad. Después siempre la celebra en su apartamento en el tercer piso del Palacio apostólico.

En el comedor hace colocar el belén que se trajo de Cracovia (Polonia), y otro junto al altar, en su capilla privada. Antes de celebrar la Misa solemnísima de media noche en la basílica de San Pedro, Juan Pablo II distribuye -según la costumbre de su patria- una fracción de pan blanco rectangular, llamado Optalzk, a los pocos invitados a su mesa: a las religiosas polacas que le cuidan, a su secretario particular (D. Stanisław Dziwisz), y a algunos otros monseñores. Es tradición polaca compartirlo la noche del 24 en señal de unión y de concordia. La cena también tiene sabor de patria; la prepara Sor Tobiana y consiste en diversos tipos de verdura y de pescado (la carpa no puede faltar).

Antes de bajar a la basílica para celebrar la Misa, Karol Wojtila deja encendida una luz en la ventana de su despacho; una vela símbolo de que en esa casa se está a la espera de la llegada del Niño Jesús. Es la antorcha-guía para que encuentren refugio quienes buscan un hogar o un lugar donde hallar cariño.

Juan Pablo II ha sido también el primer Papa que ha hecho que tengamos un belén en la plaza. Parecía imposible, pero en una Roma poblada de nacimientos faltaba uno en el centro de la cristiandad… ¡Hasta 1982! Ese año, las gigantescas figuras que el príncipe Alejandro Torlonia mandó esculpir en 1946, se dispusieron bajo una cabaña construida junto al obelisco. Son ocho figuras de casi tres metros de altura a las que viste, con atuendos de época, una religiosa franciscana española: la modista española del nacimiento vaticano, sor Áurea.

Pero quiero revivir con ustedes, por unos instantes, otra Navidad vaticana… con un Papa muy querido. ¡Con Juan XXIII! Era el año 1958. Hacía dos meses que el patriarca de Venecia, Angelo Roncalli, había sido elegido sucesor de Pío XII. Una tarde, de improviso, convocó a cardenales y prelados de la curia; todos se preguntaron qué noticia importante iba a comunicarles el Santo Padre. ¿Cuál sería la razón de tan inesperada e insólita audiencia? Según iban llegando, los gentilhombres de su Santidad los acompañaban a la estancia donde estaba el nacimiento de Pío XII comprado en Alemania en su primer año de nuncio apostólico en Baviera. Eugenio Pacelli nunca se separó de su presepio; eran las figuritas esculpidas en madera del valle de la Gardena… Como Juan XXIII no se había traído al Vaticano el suyo (el de su familia se había quedado en la modesta casa de Sotto il Monte donde acudía siempre a celebrar las Navidades con sus hermanos), en el palacio apostólico pusieron el de su predecesor. Aquella víspera de Nochebuena, Juan XXIII les había llamado para que todos juntos cantaran y entonaran las alabanzas al Señor que iba a nacer. No quería que pasaran las fiestas sin su felicitación y sin entonar las alabanzas al Santo Bambinello que iba a nacer.

Fue también en torno a Navidad, pero ya en 1962, cuando el Papa Roncalli se encontró muy enfermo, le habían diagnosticado un cáncer… Por eso, al terminar la octava de Navidad, y sabiendo bien que la muerte le rondaba, se despidió diciendo: «el año que viene ya tendréis otro Papa; ya no estaremos juntos».

En efecto, aquella Navidad, fue la última que celebró en San Pedro; las últimas fiestas ante «su» belén que unos años antes le habían regalado sus queridos gondoleros venecianos (que como sabían que no lo tenía le compraron uno de precioso cristal de Murano).

A la muerte de Juan XXIII, será elegido un milanés aristócrata, culto, hábil diplomático, el cardenal Gianbattista Montini, que tomará el nombre de Pablo VI. Su primera Navidad sueña con pasarla en la ciudad de Belén, pero el temor de atentados, la tensión política, la susceptibilidad del gobierno de Israel lo impiden. Pablo VI irá unas semanas más tarde. El 4 de enero, la víspera de la Epifanía entra en la ciudad donde nació Jesús y se cumplirá su deseo de recorrer el camino de Cristo; de hablar de paz en una tierra donde anida el odio, la venganza… Pablo VI celebró la Misa en la gruta de la Natividad. La peregrinación la había comenzado subiendo al monte Calvario y siguió, adentrándose entre los árboles milenarios, del monte de los Olivos. Fueron tres días que hicieron historia. Durante tres días el mundo tuvo el corazón en vilo temiendo que le pasara algo al Papa, ya que el terrorismo estaba desencadenado.

«Paz a esta Tierra Santa. Paz para quienes en ella viven», dijo Pablo VI en el aeropuerto de Ammán«Shalom» dijo al despedirse del presidente Zalman Shazar. No fue una palabra elegida al azar. «Shalom», repitió al saludar a las autoridades cuando se subió en el coche que lo condujo a lo largo de esos 100 metros de carretera (tierra de nadie entre las dos Jerusalén).

«Shalom», paz, repetía mientras sus ojos grises parecían volverse más claros. Era la primera vez que el hermoso saludo hebreo se escuchaba en labios de un pontífice.

La paz será la constante del pontificado Montini, y, persiguiendo esa paz, seguirá infatigable su sucesor Juan Pablo II.

En Hiroshima, símbolo de horror y destrucción, Juan Pablo II lanzará un llamamiento a la vida, a la humanidad y al futuro:

«Señor Dios:
escucha mi voz que es la voz de las víctimas de todas las guerras y violencias.
La voz de los niños inocentes que sufrieron y sufren.
Mi voz habla en nombre de las multitudes que no quieren la guerra.
Ayúdanos a responder con amor al odio.
A la injusticia con la total entrega y dedicación a la justicia.
A la guerra… con la Paz.»

Ese grito de concordia que el Papa volvió a repetir en la ciudad de Ayacucho, en Perú. Una zona convulsionada por el terrorismo de Sendero Luminoso, esa organización que no tiene más ideología que la de matar. En Ayacucho, Juan Pablo II penetró en la realidad dramática y cruel del odio desencadenado. Aquí levantó su voz contra la violencia y la injusticia. Esa voz que muchos no quieren escuchar o prefieren olvidar.

«No podéis -dijo- continuar amenazando de muerte. ¡Basta ya! La lógica despiadada de la violencia conduce a la nada. Buscad las vías de diálogo». Y terminó implorando algo que muchos de vosotros deseáis desde lo más profundo de vuestras almas: «En nombre de Dios cambiad el camino y convertíos a la causa de la reconciliación y de la Paz».

Permitidme que hablando de fraternidad y armonía termine con el encuentro de paz único, irrepetible y maravilloso del 27 de octubre de 1986, en Asís. Ese día callaron las armas para permitir que la tierra saboreara por un día el verdadero significado de la palabra PAZ… No se disparó un solo tiro, los hombres del terror y los hombres de la guerra aceptaron la tregua.

La paz es el eje siempre, la mañana del 25 en la ciudad eterna, del mensaje de Navidad del Papa. El mensaje que precede a la bendición Urbi et Orbi. «El Príncipe de la Paz ha nacido… Unámonos todos, hombres y mujeres del mundo, de este mundo inquieto de hoy para formar una inmensa corona de corazones en torno a la gruta donde Dios se hizo hombre; que esta Navidad sea de esperanza, de amor y de concordia, porque Dios está con nosotros. Aunque el mundo no le conozca, o no le quiera conocer… ¡Él es! Aunque los suyos no le acepten o no le quieran aceptar… ¡Él viene! Aunque no haya sitio en la posada… ¡Él nace!»

Unámonos todos, hombres y mujeres del mundo. Hombres y mujeres de esta Vitoria con solera y señorío. Despierten los que todavía tienen el corazón dormido, para escuchar y no perder el canto de alegría de los ángeles… ¡¡PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD!!

Que este augurio de esperanza nos despierte a todos, que somos -señoras y señores- los pastores de nuestro destino. Un destino que ojalá parta de Gasteiz y los vitorianos sean los constructores de la civilización del amor, y al igual que los pastores, al acercarse al pesebre se inclinaron ante el niño Dios, en los umbrales del tercer milenio… Dejadme que en Vitoria, en esta Navidad yo ponga de rodillas mi corazón.

¡Gora Gasteiz, Zorionak eta Urte Berri On

Paloma Gómez Borrero
Vitoria-Gasteiz, 21 de diciembre de 1997

Recuerdos de una infancia, por Conchi Porro

20 Dic 97
Presidencia FEB

No Comments

Recuerdos de una infancia, por Conchi Porro

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Llegando estas fechas tan entrañables, me hago una pregunta… ¿Por qué este gusanillo en mi familia hacia el belén?… ¿A qué es debido?

Remontándome en el tiempo recuerdo por estas fechas el trasiego de cajas, bien guardadas y amarraditas con su cuerda blanca y su gran letrero (muy bien escrito y detallado), diciendo lo que contenían.

A continuación se presentaba el siguiente dilema… dónde se iba a poner este año. Sobre el mueble aparador o sobre la mesa del comedor. Daba igual un sitio que otro, al final siempre iba sobre la mesa del comedor.

Lo primero era buscar papel marrón de envolver para tapar la mesa y luego papel azul para el cielo, al mismo tiempo que del papel de plata del paquete de tabaco de mi padre recortábamos estrellas y una luna.

El sábado íbamos a la carpintería para recoger serrín para construir los caminos, recoger el corcho para las montañas y el polvo de talco para que existiera la nieve, pues según me decía mi madre en aquella época hacía mucho frío…

Por la noche cuando nos sentábamos en la candelita mi madre recortaba trozos de la tela para hacer las ropitas del Niño y ponerlas en el tendedero de la Virgen.

Después venía colocar la gruta, las casitas, el castillo de Hérodes y el mayor problema para mi padre, instalarle la luz en las casitas; cosa que siempre solucionaba mi madre, con sus tijeras y su esparadrapo, a la vez que nos reñía para que no nos subiéramos a la azotea a coger verdín y musgos, para la vegetación, y por último, desembalar todas las figuritas; por cierto, nunca me dejaban tocarlas, pues eran de barro y podía romperlas, más tarde nos compraron unas de plástico para que pudiéramos moverlas y tocarlas y esas no se partían.

Esas las movíamos (los Reyes Magos) cada día un poquito hacía el portal para que llegaran a su destino y el día señalado ponerlas a adorar al Niño.

Creo que mi pregunta queda solucionada con estos recuerdos.

Me agrada y enorgullece haber heredado la costumbre navideña de montar el belén, y de habérsela transmitido a mis hijos… Gracias Papá.

Conchi Porro

Técnicas de construcción de belenes, por Antonio Bernal González

20 Dic 97
Presidencia FEB
,
No Comments

Técnicas de construcción de belenes, por Antonio Bernal González

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Visitando, observando, y conversando con algunos de los excelentes belenistas jerezanos, he aprendido a perfeccionar muchas de las técnicas de construcción y acabado que, año tras año, vengo aplicando en los míos de Arcos.

En esta ocasión voy a explicar algo que descubrí a raiz de mi visita, la pasada Navidad, al belén de Antonio Peña Bernal en Picadueña Vieja.

Venía observando como Antonio daba a sus construcciones un acabado de pintura que me llamaba la atención de manera especial: rincones, recovecos, techos de vigas, piedras y baldosas de ladrillo viejo.

Lo que me contó y lo que yo he sido capaz de descubrir, utilizando esta técnica, constituye la base del contenido de este artículo.

Envejecimiento del pintado con «tierras»

Una vez construida y recubierta la edificación, con escayola o plaste (se consiguen excelentes resultados trabajando con paciencia el plaste pues permite acabados más minuciosos y delicados), se utiliza la conocida técnica del claro-oscuro, empezando por pintar de gris o caqui, que puede ser un color también muy apropiado para el fondo.

Después vamos aclarando con sucesivas manos de blanco un poco manchado de ocre o sencillamente con blanco.

Esperamos que la pintura esté totalmente seca, para lo cual es recomendable dejar el trabajo para el día siguiente.

Por último aplicamos el pintado con las «tierras».

Las llamadas «tierras», se venden como tales en droguerías y casas de pinturas y son unos polvos para disolver en agua. Los colores más usados, en nuestro caso, son: el ocre, verde y marrón (nogal).

Cómo trabajarla

La «tierra» se disuelve en agua dándole más o menos densidad según queramos que sea la intensidad de la mancha.

Se aplica sobre la superficie a tratar con una brocha o una esponja empapada en el líquido resultante, pasando de inmediato a limpiar con un trapo o esponja mojada en agua limpia y escurrida lo suficiente como para que limpie lo que deseemos y deje manchado lo que nos interese.

Esta operación se repite cuantas veces sea necesaria hasta conseguir el efecto deseado.

Mezclando el verde con algo de marrón se consigue el efecto de paredes manchadas por el paso del tiempo.

El marrón sólo (en mayor o menor intensidad), imita casi a la perfección, las manchas producidas por el chorreo de betunes y aceites aplicados a las maderas para su conservación.

Los tres colores trabajados con habilidad, son de una gran ayuda para dar realismo a piedras de tipo de areniscas, con tonalidades que van desde el amarillo suave, pasando por el amarillo verdoso al marrón más o menos oscuro.

Todo lo que cuento lo he aplicado, con cierto éxito, en el belén que esta Navidad se podrá contemplar en el edificio que las Hermanas Salesianas, tienen en la Calle Corredera.

Antonio Bernal González – Secretario de la Asociación de Belenistas «La Adoración»

Diez nociones básicas para mejorar su belén, por Rafael Castro Cotrino

20 Dic 97
Presidencia FEB
,
No Comments

Diez nociones básicas para mejorar su belén, por Rafael Castro Cotrino

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Aunque nuestra Asociación organiza cada año cursillos sobre técnicas de construcción de belenes, para aquellas personas que por cualquier razón no hayan tenido acceso a ellos, a continuación se enumeran una serie de recomendaciones para ayudarles en la construcción de los suyos:

En primer lugar tenemos que pensar en la ubicación del mismo, qué espacio y con qué figuras contamos. Para aquellos que no estén muy iniciados es recomendable que hagan un boceto.

El material más utilizado hoy en el belenismo es el porexpán (conocido vulgarmente como corcho blanco), por su poco peso, manejabilidad, fácil de cortar y precio asequible. Se puede pegar entre sí o con otros materiales, con cola blanca de carpintero o pegamento especial. Recomendable la cola blanca. Para mantener las uniones se emplean puntillas o palillos de diente. Una vez seca la cola, se cubre la construcción con escayola, se espera que seque bien y se pinta con pinturas al agua.

Cuidar desde el inicio la proporcionalidad: entre figuras, construcciones, utensilios, etc.

No cargar excesivamente una escena; poner una figura o un adorno de más puede arruinar el conjunto.

Si el belén es abierto, campo, montañas, ríos…, para conseguir efectos de lejanía o cercanía, tenga en cuenta que los colores cálidos: rojos, anaranjados, amarillos… acercan, y los colores fríos: azules, verdes, violetas, grises… alejan (por ejemplo, las montañas lejanas, irían en tonos azulados y violetas).

La luz debe ser suficiente para que se vea bien la escena que se quiere representar, adaptándola al momento del día de dicha escena.

Para la construcción de puertas, ventanas, celosías, etc., son muy buenas las cajas que vienen con las fresas. Si no es posible hacerse con éstas, existen en el mercado la madera de balsa, okumen o tablex.

Una hoguera siempre crea un efecto más humano y le da «Calor de hoguera» a la escena.

Para dar efecto de caída a las telas que se empleen cubriendo puertas, ventanas y vanos, se deben mojar en agua con cola y darle forma. Una vez secas quedarán rígidas, tomando la forma deseada.

Plantas naturales usadas como vegetación (utilizar siempre teniendo en cuenta las proporciones): pequeñas pitas (de las de pitón), otros pequeños cactus, muy socorrido para todo el tomillo, dependiendo del tamaño puede servir como árbol, enredadera, matojo, etc. Pequeñas ramas de arbustos para árboles sin hojas. El ramaje de los árboles se puede crear con carrasca, esparragueras y ambulagas. También se utiliza el romero. La hoja del pino para simular los juncos de un río. Con el musgo, que se puede coger en cualquier sitio de nuestra sierra, se puede crear, pinchado en un palito, lo más parecido a un pino.

Para terminar, esta receta belenista:

Coged estas nociones, un poco de paciencia, algo de voluntad, ponedles el entusiasmo de los niños, añadir que seais un poquito manitas, unos pastiños y un copita de anís, pedir que sigamos viviendo en Paz y mezclar todo enérgicamente. Dejar reposar, y cuando lo veais a punto, empezad a disfrutar de una Feliz Navidad. Es mi deseo.

Rafael Castro Cotrino

Recordando la Navidad, por Manuel Porro Martínez, belenista

20 Dic 97
Presidencia FEB

No Comments

Recordando la Navidad, por Manuel Porro Martínez, belenista

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

De nuevo ya está en nuestros oídos y en nuestros corazones, esta dulce serena y grandiosa palabra, ¡Navidad!

Nos maravillamos nuevamente con esa Noche Santa, que no es otra que la Noche Buena, volverá a resplandecer la luz, que esa bendita noche brillará más que ninguna otra, porque ha nacido el Niño de Dios hecho hombre.

Sonarán las campanas, las panderetas, las castañuelas, las palmas, las zambombas, los Villancicos y volveremos a desearnos muchas felicidades, con besos, abrazos y cómo no, reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestros familiares y amigos. Todos los años nos parecen nuevos esos sonidos, esos cánticos y esas felicitaciones que incluso llegamos a creernos y hasta prometemos que vamos a ser mejores.

De verdad lo vamos a cumplir a partir de este nuevo año; una medida muy eficaz sería instalar, cada uno en su casa, un belén, aunque sea solamente el Misterio de la Sagrada Familia; es bastante, no hace falta más, lo tengamos expuesto en esta Navidad para que lo miremos, le rezemos, le cantemos y le pidamos al Niño Dios. Creo que poniendo el corazón, sinceramente algo se habrá conseguido, porque no falta el pedir solamente por nosotros, sino también por nuestro prójimo.

El belenista debe provocar con su obra el sentido de llegar a ese corazón que según dicen todos tenemos, creando en su propia obra un vehículo de comunicación con el espectador. Creando un belén, se convierte en un medio para alcanzar un buen fin, así que cuando hablemos de la perfección de un belén, no debemos criticar la obra de una manera aislada, hay que profundizar en cómo el belenista ha plasmado sus sentimientos y nos ha hecho llegar su mensaje. Sería triste y vacío el hacer un belén en el que el único deseo fuera el llegar a una perfección entre la realidad y la obra. El espectador participa en el belén, en el sentido de ser necesaria su figura para completar la comunicación que supone la contemplación del belén.

Podríamos afirmar que la obra no está acabada si no hay quien la contemple. Y esa contemplación resume y da sentido, con el único deseo para el belenista de que su obra sea mirada con el corazón.

Manuel Porro Martínez – Belenista

Para los belenistas viejos y nuevos, por Víctor Marín Solano, «viejo belenista»

20 Dic 97
Presidencia FEB

No Comments

Para los belenistas viejos y nuevos, por Víctor Marín Solano, «viejo belenista»

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

El domingo día nueve de noviembre pasado, recibí la simpática visita de unos jóvenes belenistas que, si por un lado me llenó de alegría, por otro me puso en situación de compromiso, pues venían pidiendo mi colaboración, para una revista, que la Asociación pretende lanzar para las vísperas de Navidad, y claro, el tiempo apremiaba pero consideraban que mi calidad de ser el más «viejo» de los mismos me obligaba a ello.

Y, ¿quién decía que no?, tengo material para llenar un libro, y decidí centrarme en algo que ya he dicho, y que, por reiterativo, como los anuncios, hacen más efecto.

¿Me creeríais si os digo que cuando estaba dedicado a construir algo para un belén era tal la concentración que ponía en ello que el alma la sentía enferma?

Tal como me sucedió cuando construí el famoso Templo Egipcio, (hoy propiedad de la Asociación), mi entrega fue total, hasta el agotamiento. Realmente sufrí por las dificultades encontradas, pero también disfruté a lo grande.

La mayoría de las personas sólo conocen su parte material, su aspecto externo, pero ignoran su esencia íntima, ese espíritu que de ello emana y que tan claramente lo percibe quien lo construye.

Por eso el belén es mucho más, tanto que huye de toda definición. Es un cúmulo de sensaciones sublimes, es una auténtica manifestación de fervor, un culto interior a estos sublimes misterios, un verdadero poema de religiosidad que llena el alma y la inunda de gozo espiritual. Es fragancia de gracia que llena la morada del cristiano.

¿No creéis que cuando el constructor de un belén o diorama, extasiado en su labor, aislado de todo otro pensamiento, no está más cerca de Dios, alabándolo tan intensamente, que sin palabras está dirigiéndole una verdadera oración?

Sin embargo, no todos piensan igual; hay quien, en su ignorancia, sostiene que el belén es cosa pueril, ingenua, sin ninguna trascendencia, permitiéndose mirarnos desdeñosamente con la sonrisa indulgente del que todo lo sabe, al ver a personas ya mayores dedicadas a tan noble tarea, que llenan el alma de ilusiones y entrega en un auténtico arrebato espiritual, que a ellos parece denigrante y aún deshonroso.

Pero nosotros, los belenistas, mirémoslos impasibles y despreciativamente desde lo alto de nuestro sublime pedestal y sigamos tranquilamente con tan loable afición.

Este embrujo que irradia de su hermosura es sólo un vehículo para plasmar un tema religioso, el de aquel momento y lugar en que nació el Niño Dios.

Por eso, aquel belén o diorama que fantaseado, plasmado e ilusionado en nuestra obra, es nuestro Belén; un paisaje que aún imaginado, creemos verdadero y para nosotros ha conseguido transmitir su sublime mensaje. El construir un belén no es un pasatiempo, es algo más profundo y transcendental.

Por ello, os invitamos a que pongáis vuestro belén, sencillo, elemental, pero que no falte en ninguna familia un algo de esta costumbre tan cristiana, como española.

Y…, sería mucho pedir que os olvidéis de esas zarandajas de cintas de colores, arboles de Noël, bolas de brillantes producto de extraña importación de paises no demasiado cristianos y, ¡quién sabe con qué fines!, que con su brillo y relumbrones y el afán de novelero pronto ganaron adeptos, pero que no tienen más belleza que sus destellos y fulgores, pero carecen de toda emoción espiritual, de ese atractivo que nos produce aquel niño abrigado por las pajas que lo envuelven y el aliento de los dos nobles animales bajo la tierna mirada de sus padres.

¡Qué abismo de uno al otro!

Ánimo amigos, haced un esfuerzo y manos a la obra y poned aunque solo sea aquel misterioso Misterio.

Víctor Marín Solano – «Viejo belenista»

Dos caminos hacia una misma meta, por Vicente Prieto Bononato

20 Dic 97
Presidencia FEB
,
No Comments

Dos caminos hacia una misma meta, por Vicente Prieto Bononato

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Los caminos del Señor son inescrutables. Inesperadamente y sin alcanzar a explicarnos por qué, unos acontecimientos previstos y programados nos conducen a unas consecuencias muy distintas de las pretendidas. La suerte…, el azar… Para los que tenemos fe, la mano del Dios omnipotente que mueve los hilos de nuestra existencia según sus sabios e infalibles designios.

En fechas muy cercanas al Congreso Nacional Belenista, celebrado en Gijón en el año 1985, y cuando ya la Asociación de Belenistas de Jerez preparaba su viaje hacia tierras asturianas, fuimos invitados en Jerez a un acto público promocional de no sé qué iniciativa de Iberia Lineas Aéreas. Allí y tras las perceptivas intervenciones de los organizadores presentando el producto, el locutor Manolo Doña, conocido y buen amigo, procedió a sortear entre los invitados, varios obsequios de distinta índole, donados a tal fin por entidades y casas comerciales.

Gracias a nuestras relaciones con los munícipes jerezanos habíamos conseguido en aquella ocasión, la cesión gratuita de un autocar de 50 plazas para proveer el desplazamiento a Gijón de los belenistas jerezanos inscritos a las jornadas del congreso, en el cual disponíamos de varias plazas libres.

En nuestro interés por promocionar públicamente (de manera gratuita en este caso), las incipientes actividades de nuestra Asociación, se nos ocurrió donar para su sorteo, dos plazas de dicho autocar para asistir al mencionado Congreso. Así lo hizo el presentador y allí mismo fueron adjudicadas a unas señoras desconocidas para nosotros, que asistían sentadas en una mesa próxima.

Puestos en contacto con las agraciadas, resultaron ser de Arcos de la Frontera y ¡oh casualidad!, grandes amantes del «Nacimiento» y de las tradiciones navideñas, por lo que puestas al día del programa, no dudaron en inscribirse para viajar con nosotros en disfrute de su suerte; como así hicieron a las pocas fechas en unos días de gratísima convivencia belenista entre las personas de sensibilidad concordante.

Allí nació nuestra sincera amistad y gran estima por Carmen Temblador, «Carmelita la de Arcos» como los belenistas jerezanos llamamos cariñosamente a la activa y eficaz cofundadora y hoy presidenta de la Asociación de Belenistas “La Adoración” de Arcos de la Frontera.

Testigos del paulatino asentamiento y contínuado crecimiento «en edad, saber y gobierno» del belenismo arcense, en bastantes ocasiones desde entonces, hemos repetido la gratísima experiencia de viajar juntos para asistir a Congresos Belenistas en los más dispares puntos de nuestra geografía, primando siempre entre los belenistas de Jerez y de Arcos una especial corriente de simpatía que con los años se ha convertido en amistad y admiración hacia una asociación que consideramos como algo muy próximo y entrañable, y con la que cualquier posibilidad de colaboración se ve siempre satisfactoriamente culminada por ambas partes, para bien de nuestra tarea difusora del belenismo en la provincia gaditana.

Los tiempos y nuestra responsable predisposición, nos han llevado a ocupar desde 1994, la presidencia de la Federación Española de Belenistas, actual punto de encuentro y epicentro de todo el asociacionismo belenista en nuestro país y germen vivo de la difusión de nuestras tradiciones belenistas y navideñas, en cumplimiento de nuestro común mandato estatutario.

Cuatro asociaciones de belenistas tiene la provincia de Cádiz integradas en la Federación; siendo por orden alfabético: Arcos de la Frontera, Cádiz, Jerez y el Puerto de Santa María, constituyéndose acaso con Alicante, la provincia que aporta mayor número de entidades a la nómina federativa, clara muestra de la vigencia y pujanza del belenismo en esta bendita tierra, que sabe amar sus tradiciones como nadie.

Poco a poco, pasito a pasito, sin prisas pero sin pausa, con mimo entusiasta, nuestras asociaciones coprovincianas van consolidando su presencia en la sociedad y adquiriendo la vitalidad que hace prever muchas e importantes metas.

Buena prueba de que este es el camino emprendido por la Asociación de Belenistas «La Adoración» de Arcos de la Frontera, son sus cada vez más numerosas y atractivas actividades, marcadas siempre con el sello auténtico y justificador de lo hecho con el corazón. En este capítulo de actividades belenistas, nos complacemos ahora en escribir el primer prólogo de esta revista que por primera vez ve “la luz de La Peña”, que canta el popular villancico arcense, y al que deseamos y auguramos una larga y prolífica andadura, para bien de nuestra «bendita manía belenista».

Vicente Prieto Bononato – Presidente de la Federación Española de Belenistas

Publicaciones 1997 – Pesebre nº 1 – Asociación de Belenistas «La Adoración»

20 Dic 97
Presidencia FEB
, ,
No Comments

Pesebre n.º 1 – Asociación de Belenistas «La Adoración»

La Asociación de Belenistas «La Adoración» presenta el número 1 de su nueva revista Pesebre, correspondiente a 1997, que tiene el siguiente índice de contenidos y portada:

  • Saludo de la Junta Directiva de la Asociación de Belenistas «La Adoración»
  • Saluda, por Carmen Temblador, presidenta de la Asociación de Belenistas «La Adoración»
  • Dos caminos hacia una misma meta, por Vicente Prieto Bononato, presidente de la Federación Española de Belenistas
  • Felicidades desde el Ayuntamiento, por José Luis Núñez Ordóñez, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Arcos
  • Una clara referencia de la Navidad, por Federico J. Rufete Monroy
  • Para los belenistas viejos y nuevos, por Víctor Marín Solano, «viejo belenista»
  • Presentación del Cartel de Navidad 1997
  • Recordando la Navidad, por Manuel Porro Martínez, belenista
  • Diez nociones básicas para mejorar su belén, por Rafael Castro Cotrino
  • Carteles de Navidad
  • Técnicas de construcción de belenes, por Antonio Bernal González, secretario de la Asociación de Belenistas «La Adoración»
  • Recuerdos de una infancia, por Conchi Porro
  • ¡El Señor está cerca!, por Justiniano Cuadrado, párroco de San Pedro
  • La música en Navidad, por Antonio Guerrero Ruiz
  • Canciones navideñas:
    • Villancico chico del castillo grande, de Antonio Murciano
    • Canción navideña de cumpleaños, de Antonio Murciano
  • Villancicos:
    • Navidad en Arcos, de José Antonio Pajuelo y Antonio Guerrero
    • Villancico de la Nochebuena, pastora, de Javier Monroy
  • Poesías para una Navidad, de Marina del Carmen Saborido Vázquez
  • El Templo de Jerusalén, por la Junta Directiva de la Asociación de Belenistas «La Adoración»
  • El Dios del Mediodía, por Myriam Murciano Rosado
  • Recetas navideñas, de Fernanda Fernández
    • Pavo guisado de Arcos
    • Amarguillos
    • Tortitas de chocolate
  • Bases del VI Certamen de Diapositivas de Nacimientos de Arcos de la Frontera para la elección del Cartel de la Navidad arcense de 1998
  • Distintas formas para desear Feliz Navidad

 

Imagen Destacada - Agenda

D.ª Paloma Gómez Borrero pronunciará el Pregón de Navidad 1997 de la Asociación Belenista de Álava

14 Dic 97
Presidencia FEB
, ,
No Comments

D.ª Paloma Gómez Borrero
pronunciará el Pregón de Navidad 1997
de la Asociación Belenista de Álava

Imagotipo de la Asociación Belenista de ÁlavaPaz y Bien, Querida Familia Belenista:

La Asociación Belenista de Álava se complace en invitaros al X Pregón de Navidad que tendrá lugar en el Teatro Principal Antzokia (ver ubicación), el próximo domingo 21 de diciembre de 2017 a las 12:00h.

La pregonera será D.ª Paloma Gómez Borrero, conocida periodista y escritora, muy conocida por haber sido corresponsal de TVE en Italia y el Vaticano entre 1976 y 1983.

El acto terminará con un concierto a cargo de la Banda de Música de la Ertzaintza.

Esperando contar con vuestra presencia, por la que nos sentiremos muy honrados, os saludamos cordialmente.

 

Publicaciones 1997 – Asociación Belenista de Guipúzcoa – 50 aniversario Asociación Belenista de Guipúzcoa (1947-1997)

05 Dic 97
Presidencia FEB
, ,
No Comments

La Gipuzkoako Belenzaleen Elkartea “Francisco de Asís” Asociación Belenista de Gipuzkoa, con el patrocinio de Fundación Kutxa, Obra Social de la Caja Gipuzkoa San Sebastián, presenta un nuevo libro titulado «50 aniversario Asociación Belenista de Guipúzcoa (1947-1997)«, escrito por el presbítero D. Juan Pérez-Cuadrado junto con varios colaboradores, que consta de 160 páginas y tiene el siguiente índice y portada:

  • Prólogo de Fernando Spagnolo de la Torre, Presidente de la Caja de Gipuzkoa-San Sebastián «Kutxa»
  • Salutación de José María Arsuaga Urrestarazu, Presidente de la Asociación Belenista de Gipuzkoa «Francisco de Asís» Gipuzkoako Belenzaleen Elkartea
  • Saluda de Su Santidad Juan Pablo II a los miembros de la Asociación Belenista de Gipuzkoa «Francisco de Asís» Gipuzkoako Belenzaleen Elkartea
  • La Asociación Belenista de Gipuzkoa (Su creación e inicial actividad)
  • Cincuenta años de historia
  • Con referencia a los «Cuadernos de Temas Navideños»
  • San Francisco de Asís, celestial Patrono de los belenistas
  • La música en nuestra Navidad
  • Belén provincial de la Plaza de Gipuzkoa
    • Situación preliminar
    • Decadencia y estudio técnico
    • Solución artística
    • Complementos ornamentales
    • Nueva etapa y perspectivas de futuro
  • Nuestro pequeño gran museo de figuras
  • Presidentes de la Asociación Belenista de Gipuzkoa
    • Presidentes de la Asociación Belenista de Gipuzkoa y a su vez Presidentes de la Federación Española de Belenistas
    • Presidente de la Asociación Belenista de Gipuzkoa y a su vez Presidente de la UN-FOE-PRAE
Portada del libro "50 aniversario Asociación Belenista de Guipúzcoa (1947-1997)" del Pbro. Juan Pérez-Cuadrado y colaboradores, editado por la Gipuzkoako Belenzaleen Elkartea “Francisco de Asís” Asociación Belenista de Gipuzkoa

«50 aniversario Asociación Belenista de Guipúzcoa (1947-1997)»
del Pbro. Juan Pérez-Cuadrado y colaboradores
(1997)