La Federación Española de Belenistas (FEB) es una organización sin ánimo de lucro fundada el 29 de junio de 1963, que tiene como fin fundamental el fomento, la defensa y la práctica de la antiquísima y tradicional costumbre cristiana de representar plásticamente el «Nacimiento de Jesús de Nazaret» y demás pasajes de su vida, tanto como símbolo religioso y de expresión de espiritualidad, como hecho cultural y de creación de arte, intentando que toda la ciudadanía participe y disfrute de todas las actividades que organizan sus entidades asociadas, sobre todo la de construir y poner o exponer el belén.
La FEB tiene también entre sus fines el de mantener y potenciar la comunicación entre sus cerca de 80 entidades belenistas asociadas, ubicadas en diferentes localidades del Estado, donde trabajan durante todo el año en sus respectivas sedes con el idéntico fin de fomentar y divulgar el arte del belenismo, vocablo que, tras ser solicitado formalmente por la FEB, entró a formar parte del Diccionario de la Real Academia de la Lengua en su edición nº 23, el 17 de octubre de 2014.
Supongo que no hará falta comentar que los belenistas seguimos la estela de nuestro patrón San Francisco de Asís, primer belenista (cuya festividad se celebra el 4 de octubre), quien, para la misa de Navidad de 1223 en la ermita-gruta de Greccio (Italia), quiso reproducir con la mayor fidelidad posible el escenario en el que había nacido Jesús de Nazaret. «Quiero ver con mis propios ojos la pobreza en que nació el Niño en Belén, cómo fue colocado sobre paja entre la mula y el buey», se dijo. Y dicho y hecho: consiguió el permiso del Papa Honorio III para meter animales en misa, porque eran necesarios para la escenografía (recordemos que en aquellos tiempos estaban prohibidas las representaciones dramáticas en las iglesias). Los habitantes de Greccio participaron en lo que hoy llamamos un «belén viviente». Con el transcurso del tiempo, ese tipo de representaciones vivientes dio paso a la imaginería religiosa para reproducir, ya con figuritas en lugar de personas y animales, la escena del nacimiento de Jesús en un humilde pesebre en Belén.
Durante prácticamente todo el año los belenistas trabajamos en el diseño y construcción de belenes. Y un belén no es solamente una representación plástica del nacimiento de Jesús: hoy en día se entiende como belén o pesebre cualquier escena sobre los tiempos previos al nacimiento de Jesús y su tiempo de infancia.
En el «oficio» de belenista confluyen ciertos conocimientos de historia, paisajismo, diseño, electricidad, pintura, fontanería, albañilería o carpintería, todos ellos aderezados con dosis de buen gusto, paciencia y cariño. Además a todo lo anterior le añadimos religiosidad, arte, costumbres, tradiciones, cultura e ingenio. Quizá, por todo ello, porque nos forma en todos los sentidos, porque nos gusta y, en definitiva, porque lo vivimos, dedicamos todo nuestro tiempo libre para hacer del belén una forma de vida. Y os invitamos a compartirla.