Dios en casa, por Vicente Prieto Bononato
(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 2 (1998) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)
Poco narra la Escritura
de cómo el parto sería,
qué cantó la angelería,
ni cuál fue la partitura.
Qué sonó desde la altura
cuando se abrieron los cielos,
y la Gloria vino al suelo
cayendo sobre un pesebre,
sin que una brizna se quiebre
de lo leve de su vuelo.
Cumpliendo lo revelado
asno y buey reconocieron
que el Niño que le pusieron
sobre el pesebre acostado
era el Mesías esperado,
varón de dolores pleno;
y calentaron el heno
-humilde trono de Dios-
embelesados los dos
con aquel lirio moreno.
Sé que llegaron pastores
que velaban cerca al raso,
cuando la luz del ocaso
se llenó de resplandores
y ángeles anunciadores
cantaron la buena nueva
de que en una humilde cueva
había nacido el Mesías:
Jesús, hijo de María,
nuevo Adán y nueva Eva.
Y magos desde el Oriente
que no sé si fueron tres,
ni si adoraron después
o antes de Los Inocentes.
Lo que sí tengo presente
llegado el tiempo de Adviento
es que la paz y contento
que a mi corazón abrasa,
la trae Dios a mi casa
cuando pongo el Nacimiento.
Vicente Prieto Bononato – Presidente de la Asociación de Belenistas de Jerez
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