¡Hay que ver cómo pasa el tiempo!, por Rafael Castro
(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 2 (1998) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)
Es muy frecuente oír, sobre todo en personas de una cierta edad, la frase «¡hay que ver cómo pasa el tiempo!», y efectivamente el tiempo ha pasado, estamos de nuevo en Navidad y parece que fue ayer cuando esta revista vio la luz por primera vez el pasado año. Es época de ajetreo para los «tontos de Nacimiento». Me explico:
Hace algún tiempo, comentando con un conocido mi afición belenista, éste exclamó: «¡ah!, entonces tú también eres tonto de Nacimiento, ¿no?». Asentí sonriendo el chiste y de alguna manera ha quedado en mi mente el doble sentido de la frase.
Nunca mejor dicho aquello de : «mal de muchos consuelo de tontos», ya que somos tantos los tontos de Nacimiento, que lo que en principio pudiera parecer un insulto, pasa a ser una gran satisfacción. Es compartir esta bonita afición con personas (mujeres, niños y hombres) de edades dispares, profesiones diversas, distintas ideologías, etc., convertidos en estas fechas en verdaderas fuentes de creatividad, de minuciosos «artistas» del porexpán, la escayola y de tantos detalles que lleva implícito la creación de cualquier escena de un belén. Es rememorar cada año un aspecto religioso, lúdico, folklórico o tradicional, según el enfoque personal de cada uno, muy ligado a nuestra vida.
El único fin, totalmente altruista (afortunadamente no existen competitividad, premios, diplomas, ni medallitas), es mostrar y disfrutar con el pueblo en general el trabajo realizado, a veces durante meses, en ratos libres y días festivos (mezcla de gozo y sacrificio) una escena de un belén (diorama) o un belén «abierto». A partir de ahí, sólo esperas sentir en tu interior que algo vibra, viendo la mirada de un niño con ojos de asombro, a los mayores hacer comentarios señalándose unos a otros los detalles que van descubriendo. Saber que les gusta, y hasta entusiasma ver, una puerta vieja, una hoguera, los cambios de luces de un atardecer, el río corriendo moviendo una noria…, te sientes muy a gusto por ello porque… en el fondo somos vanidosos.
Si alguien quiere incrementar la lista, no hay límite de edad para ello, sólo tiene que proponérselo y, a partir de ahí, rodeado de un grupo de amigos, se va a iniciar y ayudar para que un «tonto» más ponga su Nacimiento.
Sean felices.
Rafael Castro
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