Por el currículum y méritos que anteceden a estas líneas, D. Agustí Térmens i Molins fue galardonado con la Insignia de Oro de la FEB, en la Asamblea General Ordinaria de la Federación Española de Belenistas celebrada en Madrid el domingo 12 de junio de 2016. Dicha Insignia le ha sido impuesta hoy sábado 15 de octubre de 2016, durante la Cena oficial del LIV Congreso Nacional Belenista 2016, organizado por la Asociación de Belenistas de Sevilla.
“Maestro es quien guía, enseña y aconseja”
Agustí Térmens nació en Esparraguera el 2 de octubre de 1936. Cada año desde primeros de diciembre se vivía en su casa el deleite de la construcción del pesebre. Al llegar el padre del trabajo y él de la escuela se ponían a construir encima de la mesa del comedor un pesebre popular de corcho y musgo. Las figuras repartidas con acierto configuraban una emotiva escena alrededor de la cual se embelesaban y cantaban villancicos. Aquellos días visitaban las casas amigas y las exposiciones de las asociaciones más cercanas, estableciendo las lógicas comparaciones y, si bien por lo pronto el pesebre de casa era el mejor, con los años aprendió de los buenos ejemplos mejorando la técnica y los resultados.
A los doce años, su tío Ramon Albornà, gran pesebrista, le propuso que, atendiendo los méritos y aciertos, se presentara al concurso para jóvenes que ya entonces organizaba la Associació de Pessebristes de Barcelona. El hecho de no tener la edad mínima (trece años) lo deja fuera de la contienda, pero con la firme voluntad de participar el próximo año, en el que consiguió el segundo premio, y en muchos de los que siguieron el primero de su categoría.
El 7 de febrero de 1955, con diecinueve años, ingresó en la asociación decana de la mano de los socios Francesc Romagosa y Ramón Padrosa.
Además de hacer su pesebre, muy pronto se prestó a colaborar en la preparación de los dioramas corporativos, al lado de maestros reconocidos como Joan Marí y Josep Bofill. De ellos aprendió los secretos de la Escuela de Barcelona.
Alma mater de la asociación barcelonesa de la que ha sido presidente, entre sus iniciativas al frente de la entidad sobresale la del monumental y admirado pesebre de la plaza de Sant Jaume (pesebre oficial de la ciudad) en la Navidad del 2006, todo un hito, con un amplio y elogioso eco mediático, y la inauguración de la exposición permanente de dioramas de la Escuela de Barcelona en la planta baja del Palau Mercader, sede de la asociación, con la participación ilusionada de los socios que de esta manera pueden exponer públicamente sus trabajos.
De Agustí se puede destacar la maestría entendida como docencia, todo el mundo que lo conoce coincide en que es una suerte poder tenerlo como maestro ya que consigue, no sólo compartir sus habilidades artísticas, sino también poner a disposición de sus alumnos sus cualidades humanas, básicamente bondad y generosidad. Imparte cursos de manera regular en la asociación, pero también ha impartido en Italia y Alemania, gracias a los cuales, sus alumnos han desarrollado la llamada Escuela de Barcelona en sus respectivos países. Cabe destacar que entre estos alumnos más aventajados están los reconocidos pesebristas italianos Claudio Mattei y Antonio Pigozzi, entre otros.
Desde 1966 participa anualmente en la realización de los dioramas de la cripta de la Iglesia de Belén ubicada en las ramblas barcelonesas. Fue artífice del libro “40 años de pesebres en Belén”, estudio exhaustivo de la evolución de los dioramas de gran formato, conocidos y valorados como propios de la Escuela de Barcelona, libro que no se hubiera editado sin su entusiasmo en la consecución de la edición. La difusión del libro ha permitido y permite divulgar las peculiaridades de esta técnica poniéndolas al alcance de todos los aficionados.
Cabe destacar también la innegable tarea que realiza año tras año en el Museo del Reial Monastir de Pedralbes donde cada Navidad se realizan dos espectaculares dioramas, que complementan la exposición permanente instalada en los bajos del monasterio.
Con una obra muy amplia, caracterizada por una cuidada presentación, una perspectiva perfecta y la precisión en cada detalle, así como una pintura realista y una iluminación muy cuidada, hacen que sus obras sean un referente para muchos pesebristas y admiradores de este arte. Delante de sus dioramas es muy difícil no quedar fascinado por su trabajo.
Este artículo, o una adaptación del mismo por razones temporales o de imprenta aparecerá en la Revista Anunciata® nº 22 (2016).
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