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Cartel XXXVII Congreso Nacional Belenista - Alicante, La Marina y Callosa de Segura 1999

Comunicaciones – XXXVII Congreso Nacional Belenista 1999 – Belenismo y belenistas

08 Abr 99
Presidencia FEB
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Cartel XXXVII Congreso Nacional Belenista - Alicante, La Marina y Callosa de Segura 1999Logo XXXVII Congreso Nacional Belenista - Alicante, La Marina y Callosa de Segura 1999Belenismo y belenistas

En un tiempo, por desgracia, cada vez menos dispuesto a las empresas altruistas, a la labor anónima y desinteresada, la actividad belenista merece alguna reflexión.

Porque ser belenista no es solo mostrar la habilidad técnica, la capacidad artística para plasmar plásticamente los misterios de la Natividad del Señor. Ser belenista es, además, poner el corazón y el alma al servicio del ideal de amor y humildad que el Nacimiento de Jesús en Belén entraña.

Ser belenista es dedicar tiempo y entusiasmo en proseguir una labor de evangelización plástica, cuyas raíces tienen muchos siglos de tradición, haciendo de tu vida una proyección real del mensaje plasmado en el belén.

El belenismo es, por eso, algo importante. En palabras del Papa Pablo VI, «una de las pocas cosas importantes que todavía existen». ¿Es exagerada esta afirmación? ¿No haríamos mejor en dedicar nuestro tiempo, nuestra ilusión y nuestro dinero en otras finalidades doctrinales, catequéticas o asistenciales?

Ciertamente que si cada uno hace lo que puede y lo que sabe, poniendo en ello todo su cariño, y lo hace desinteresadamente, pensando en la alegría que proporciona a los demás, como hacen los auténticos belenistas, ciertamente ello ya es importante. Pero es que, además, el belenismo, el belén, transmite un mensaje que nos habla de humildad, como la de María aceptando la voluntad de Dios, ahora que sólo impera el afán de éxito, de triunfo, de imposición de nuestros intereses, pese a quien pese y caiga quien caiga. Un mensaje que nos habla de amor sincero, como el de María y José, como el de los pastores o los Magos, ahora que solo el hedonismo está de moda. Un mensaje de sacrificio y resignación valerosa, como el de los Santos Inocentes, o el de la Sagrada Familia huyendo al lejano Egipto, ahora que impera el egoísmo más atroz. Un mensaje que nos habla de hogar, como el de Nazaret, ahora que la familia está en crisis.

Por eso, cuando los padres cogen en brazos a los niños para mostrarles las escenas evangélicas del belén están transmitiéndoles un indefinible legado cuya huella perdurará año tras año. Muchos y variados serán los caminos que esos niños recorrerán hasta su madurez, pero cada vez que contemplen un belén volverán a sentir el abrazo tierno de su niñez y ellos mismos, tal vez agnósticos ahora, cogerán en sus brazos a sus hijos para volver a mostrarles los encantadores pasajes de la Navidad y con una emoción nacida de sus entrañas irán perpetuando esa magia portentosa e imperecedera que el belén alienta.

¿Tenía o no razón Pablo VI cuando afirmó que el belenismo es algo auténticamente importante?

Pero si el belenismo es importante, los belenistas -discípulos de San Francisco de Asís- no podemos ni debemos considerarnos importantes. Hacemos nuestras obras con materiales sencillos y perecederos: barro, corcho, escayola, papeles de periódicos. Sin embargo, realizamos con ellos un esfuerzo para transformarlos en imágenes que sean testimonio de la verdad auténtica, del amor sincero, de la humildad evangélica. Intentamos oponer a las imágenes cotidianas de violencia, de desasosiego, de incertidumbre o de rutina insatisfecha, el mundo sencillo pero entrañable de la Sagrada Familia, de la niñez de Cristo. Imitamos el ejemplo iniciado en Greccio por San Francisco, que comprendió lo cautivador de las escenas de la primera Navidad y las materializó como ejemplo y como meta. Frente al clímax de tantas frentes fruncidas, de tantas manos crispadas, de tantos corazones deshumanizados, damos los belenistas simplemente el mensaje de nuestras escenas evangélicas, de nuestras oraciones hechas belén, porque todavía confiamos en que es posible la fraternidad si cumplimos el precepto que Cristo nos legó: «AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS».

Hoy, miércoles 15 de enero de 1986, San Francisco de Asís ha sido designado como celestial patrón de los belenistas

15 Ene 86
Presidencia FEB
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Hoy, miércoles 15 de enero de 1986,
San Francisco de Asís ha sido designado como
celestial patrón de los belenistas

Retrato más antiguo de San Francisco de Asís, pintado en 1228, año de su canonización, solo dos años después de su muerte, en el muro de una capilla lateral del Monasterio de San Benedicto, también llamado Santuario del Sacro Speco, en Subiaco (Italia)

Retrato más antiguo de San Francisco de Asís, pintado en 1228, año de su canonización, solo dos años después de su muerte, en el muro de una capilla lateral del Monasterio de San Benedicto, también llamado Santuario del Sacro Speco, en Subiaco (Italia)

Paz y Bien, Querida Familia Belenista:

Hoy, miércoles 15 de enero de 1986, se ha recibido de la Sagrada Congregación pro Culto Divino un decreto firmado por su prefecto, el Emmo. Sr. Cardenal D. Paul Augustin Mayer, en el que se hace saber que el santo padre Juan Pablo II, conforme a lo solicitado, declara a san Francisco de Asís como patrón de los belenistas de España.

Al margen de esta declaración, verdadero regalo de Su Santidad a los amigos del belén en España por nuestro tenaz y constante trabajo en la consecución de dicho patronazgo, en otro decreto paralelo el serafín de Asís ha sido asimismo nombrado celestial patrono de los pesebristas austríacos y, por extensión, de todos los del mundo, con lo que ha quedado satisfactoriamente cumplido el anhelo del universal patronazgo del santo.

Oficialmente, desde hoy los belenistas tenemos en el cielo un «protector de oficio» que será el intercesor de nuestros deseos, el inspirador de nuestras actividades y el consolador en nuestros desalientos; el gozo y la alegría de nuestra apostólica dedicación en pro de una Navidad más santa y provechosa para la extensión del reino de Dios en las almas.

Para contextualizar la consecución de este patronazgo, a principios de 1982 el presbítero D. Juan Pérez-Cuadrado, de la Asociación Belenista de Guipúzcoa, hizo las pertinentes consultas para confirmar si san Francisco de Asís era o no «oficialmente» patrono de los belenistas, es decir, proclamado por la Santa Sede como tal. Tras quedar patente que no lo era, la Asociación Belenista de Guipúzcoa presentó una comunicación en el XI Congreso Internacional Belenista, celebrado en Niza en octubre de 1982, que fue aprobada por aclamación, en la que se proponía que se tomara el acuerdo de gestionar con la Santa Sede la declaración oficial del patronazgo franciscano para los belenistas de todo el mundo.

Iniciadas las oportunas diligencias (D. Juan Pérez-Cuadrado se tomó la molestia de remitir la propuesta a todas las asociaciones belenistas del mundo conocidas y un sobre con el sello para que se la devolvieran firmada), pronto afloraron ciertas reticencias por parte de algunas asociaciones belenistas extranjeras, que, si bien ofrecían su colaboración, realmente nunca llegaba…

Ello motivó que, transcurrido un tiempo prudencial, se decidiese enviar al Santo Padre, con la conformidad de la Conferencia Episcopal Española, que se portó de maravilla, una solicitud en la que se pedía la declaración del patronazgo de san Francisco de Asís para los belenistas de España. Fue su propio presidente, el arzobispo de Oviedo D. Gabino Díaz Merchán, el encargado de enviar las oportunas preces a Roma, que han dado sus frutos hoy.

¡Loor y bendición a san Francisco de Asís, desde hoy mismo nuestro celestial patrón!

Decreto de 15 de enero de 1986 de la Sagrada Congregación pro Culto Divino, firmado por su prefecto, el Emmo. Sr. Cardenal D. Paul Augustin Mayer, en el que se hace saber que el santo padre Juan Pablo II, conforme a lo solicitado, declara a san Francisco de Asís como patrono de los belenistas de España

Decreto de 15 de enero de 1986 de la Sagrada Congregación pro Culto Divino, firmado por su prefecto, el Emmo. Sr. Cardenal D. Paul Augustin Mayer, en el que se hace saber que el santo padre Juan Pablo II, conforme a lo solicitado, declara a san Francisco de Asís como patrono de los belenistas de España