Pregón de Navidad 1995 – Asociación Belenista de Álava
D. Sabin Salaberri Urzelai
En la mañana de ayer, domingo 17 de diciembre de 1995, a las 12:30h, ante el público que llenó por completo el Teatro Principal Antzokia de Vitoria-Gasteiz, en un acto conjunto con el Coro Araba, dirigido por Manu Sagastume, el músico y compositor D. Sabin Salaberri Urzelai pronunció el siguiente Pregón de Navidad.
La Canción de la Navidad
«Jaun agurgarriok, Estimados Sres.:
Arabako Belentzaleen Elkartearen Lehendakari ta bazkideok. Presidente y miembros de la Asociación Belenista de Álava;
Araba Koruko zuzendari ta abeslariok, Director y componentes del Coro Araba;
Eguberri-zale jaun andre guztiok, Señoras y señores, amigos de la Navidad:
Eskertzekoak ta txalotzekoak dira Arabako Belentzaleen Elkarteak bere gain hartzen dituen ardura ta lanak: datozen egunotan ikusi ahal izango ditugu elkarte honek eraikitako jaiotza eder eta liluragarriak, zein baino zein politagoa, hau hura baino ederrago ta irudikorragoa. Baina elkarte honek ideia berririk ere asmatu ohi du, hau da: Pregoi egoki baten bidez hain maite dituen Eguberri-jaiak oihukatu eta aldarrikatzea. Izan ere, naiz eta zoragarriak izan elkarte honek irian zehar eraikitzen dituen jaiotzak, eraikintza preziatu ta adimentsu ohiek ez dute sentzu ta esangura aundirik, irudi eder horiek azaltzen duten Jesus jaio berriaren mezua adierazten eta ulertarazten ez ba dute. Hau da benetan denok galdetu behar duguna: zergaitik jaio zen Jesús aurtxoa, zergaitik utzi zuen Aitaren babesa eta lurrera jetxi zen gizon eginik. Hemen gauden denok ezagutzen dugu Ebangelio edo Berri Ona; denok dakigu zer erakutzi zigun Kristok. Hala ta gustiz ere, gisa seme-alaba mugatuak garenez, gauzak ahaztu egiten zaizkigunez, behin eta berriz oihukatu beharko dugu, geu denok Aita baten semeak garela, gure zeruko Aita guztiz ona dela, bera bezalakoak nahi gaituela, bere eredura joka behar dugula, anai arreba maite ta zintzoen bidetatik joan behar dutela gure harremanak.
Es de agradecer y aplaudir el mimo con el que la Asociación Belenista de Álava realiza sus trabajos: en los próximos días podremos ver los belenes más bonitos y fascinantes construidos por esta asociación, a cada cual más bello. Pero a esta asociación también se le ocurren nuevas ideas: gritar y proclamar las fiestas navideñas, que tanto le gustan, con un pregón adecuado. Sin embargo, a pesar de lo maravillosos que son los nacimientos que esta asociación expone por toda la ciudad, estas apreciadas reproducciones del pasado no tienen mucho sentido ni trascendencia si no expresan y explican el mensaje de Jesús recién nacido. Esto es lo que realmente todos debemos preguntarnos: por qué nació el niño Jesús, por qué dejó la protección de su Padre y descendió a la tierra hecho hombre. Todos los que estamos aquí conocemos el Evangelio o la Buena Nueva; todos sabemos lo que Cristo nos enseñó. Sin embargo, como hijos somos limitados; como las cosas se nos olvidan, debemos gritar una y otra vez que todos somos hijos de un Padre, que nuestro Padre celestial es todo bondad, que quiere que seamos como Él, que actuemos siguiendo su ejemplo, que nuestra relación sea la de verdaderos hermanos que se quieren y respetan.
Zer dira Eguberriak? Keinu bat eta hitz bat. Keinua: Jainkoa gizon egina, gu gizonok jainko bihurtzeko tentaldian erori ez gaitezen. Hitza: pakea; pakea lurrean Jaunaren gogoko izan behar dugun gizonoi.
¿Qué es la Navidad? Un gesto y una palabra. Gesto: Dios se hizo hombre, para que los hombres no caigamos en la tentación de convertirnos en dioses. Palabra: paz; la paz sea sobre la tierra, para que los hombres seamos agradables al Señor.
1. Primer pregón de Navidad
Un año más, incansable en su actividad, organiza la Asociación Belenista de Álava el Pregón de la Navidad. El año pasado tuvimos un pregonero de excepción, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José María Cirarda, pregonero templado y brillante, que nos regaló con un discurso como él sabe hacer estas cosas, con sencillez y elegancia, con humildad y aplomo, con recogimiento y verbo cálido. Lo hizo tan bien, que dejó una tarea realmente difícil al pregonero del año siguiente, o sea, el de hoy.
Pero la Asociación Belenista de Álava es ingeniosa y de muchas ideas. Sus directivos, entre ellos su presidente, mi amigo Luis Mari Sánchez Íñigo, conscientes de la dificultad de encontrar a algún iluminado que tuviera la osadía de aceptar la antorcha dejada por monseñor Cirarda, han tenido la habilidad de dar un giro distinto a la ceremonia, de cambiar radicalmente el talante del acto: en lugar de pregón-discurso, a cargo de un pregonero-orador, han organizado para este año un pregón-concierto, a imagen y semejanza de lo que fue el primer pregón de Navidad. Nosotros, el Coro Araba, agradecemos a ustedes la presencia, y a la Asociación Belenista de Álava el honor de permitirnos unir nuestras voces al coro de los ángeles, que según el relato evangélico anunciaron la Navidad.
El primer pregón de Navidad, hace 1.995 años, fue cantado. Corrió a cargo de un coro de ángeles. El texto del canto: «Gloria a Dios en el cielo. Y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor».
Si el pregonero de la primera Navidad fue un coro de ángeles, el pregonero de la Navidad gasteiztarra de 1995 es el Coro Araba. Leemos en el Diccionario de la Lengua que la palabra pregón puede tener varias acepciones: puede ser la «promulgación en voz alta y en sitio público de algo que conviene que todos sepan»; puede ser también el «discurso elogioso en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se invita a participar en ella».
El Coro Araba cumplirá debidamente la primera definición: hará una «promulgación en voz alta»: ustedes escucharán dentro de un momento la voz del Coro Araba y comprobarán que no sólo es alta, sino también hermosa y bien timbrada. La promulgación se hace en «sitio público», en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz. Y terminando de completar la definición, el coro Araba anunciará «algo que conviene que todos sepan», el mensaje de la Navidad, un mensaje que no es nuevo, que conocemos cuantos hemos escuchado el Evangelio, pero que conviene repetir y meditar una y otra vez. Por dos razones: porque el misterio de Jesús nacido Niño es inagotable y desborda totalmente nuestras posibilidades de comprensión. Y porque los humanos somos tercos y cabezones y no terminamos de entender, porque a veces ni siquiera lo intentamos, algo tan sencillamente difícil como es el mensaje de la Navidad.
En cuanto a la segunda definición, no se cumple en su totalidad. Está claro que se «anunciará al público la celebración de una festividad». También, y por supuesto, «se invitará a participar en ella». Faltará el «discurso elogioso», pues el que ahora habla desde este micrófono, ni tiene voz alta ni es particularmente hábil para los discursos; se limitará a comentar lo que en cada momento pregone el Coro Araba, con su canto, que ya hemos quedado será en voz alta y armoniosa.
2. Mensaje de la Navidad
¿Cómo podríamos resumir el mensaje que el Coro Araba nos va a transmitir a través de su recorrido por la Canción de la Navidad?
La interpretación más simple de la primera Navidad nos da un gesto y una palabra.
El gesto: Jesús, Dios, se hace hombre. Con su ejemplo nos enseña a los hombres a servir, no a dominar. Dios se hace humano, para que los humanos no pretendamos lo contrario: hacernos dioses, diosecillos limitados y cutres, pero empeñados en controlar el poder, en dominar a los demás, empeñados en que los demás hagan lo que quiero yo.
La palabra: PAZ. En el relato evangélico del nacimiento Jesús aparece una única cita, que, curiosamente, es el texto de un canto; el que cantaron los ángeles anunciando la primera Navidad: «PAZ en la tierra». «PAZ a los hombres que ama el Señor». Esa PAZ que los hombres rechazamos con tozudez. Nuestra alma vive en vilo, porque día a día, en Vallecas y en Itsasondo, ayer en Valencia y hoy en tantos rincones del mundo, los hechos demuestran tercamente que los hombres no queremos comprender el mensaje de la PAZ.
Como pregoneros de la Navidad de 1995, hacemos nuestra la frase de un joven que decide estos días romper la pasividad: «Nadie puede escapar del reto de la PAZ. Todos somos imprescindibles».
3. Canciones de Navidad
3.1 Canto Gregoriano
Normalmente suele confundirse villancico con canción de Navidad. No es lo mismo. Antes de que naciera el villancico, existía ya una verdadera canción de Navidad.
Desconocemos cómo era exactamente la canción popular anterior al Renacimiento. Se sabe que en la antigüedad y en la Edad Media la ciudadanía y los siervos de gleba cantaban; a veces para hacer más llevaderos sus rudos trabajos; a veces para divertirse en sus pocos momentos de desahogo. San Agustín, que en su juventud fue maniqueo convencido y que, después de su conversión, nunca olvidó sus anteriores ideas disociadoras, distinguía dos clases de música: la excelsa, la que ordenaba el movimiento de los astros y encarnaba la armonía universal, la que servía para orar dos veces; y la perniciosa, es decir, la normal, la que practicaban los instrumentistas de la flauta y de la lira, esa música que no merecía tal nombre, pues despertaba los bajos instintos humanos y servía para juergas y bailoteos.
Mientras el pueblo bárbaro se divertía con estas músicas, la cultura se encerró en las catedrales y en los monasterios. Allí se cultivó, entre otras formas de sabiduría, el canto sagrado, que ha pervivido hasta nuestros días en su forma de Canto Gregoriano.
En el repertorio gregoriano los textos litúrgicos, densos y doctrinales, exigen una música acorde con este carácter. En cambio los himnos son más líricos, por lo que admiten una música más estilizada, de modalidad más clara y ritmo más simple. Escuchamos el himno “Puer natus in Bethlehem”, del tiempo de Navidad. Parece ser que este himno no es auténtico, sino compuesto en estilo gregoriano por Dom Potier, de la Abadía de Solesmes en Francia, gran especialista en el género.
Por tratarse, no de un concierto convencional, sino de un pregón a través del canto de Navidad, pediremos al público que no interrumpa el discurso del mismo y contenga el aplauso, si lo considera oportuno, hasta el final.
«Puer Natus in Bethlehem», interpretada por el
Coro de Monjes del Monasterio Benedictino de Santo Domingo de Silos
3.2 Polifonía renacentista
Los siglos XV y XVI muestran un desarrollo ininterrumpido en cuanto a tendencias y técnicas de composición de la música. El punto central lo constituye la música vocal polifónica. La culminación se alcanza con Orlando di Lasso y Palestrina.
Todos los compositores renacentistas fijaron su atención en la Navidad. Ofrecemos unas muestras de dos autores europeos y dos españoles.
3.2.1 Jacob Handl (Gallus): “De coelo veniet”
Es un motete con texto tomado de dos antífonas de las vísperas de la segunda semana de Adviento.
Jacob Handl es un músico esloveno, primer eslabón centroeuropeo de la transición del renacimiento al barroco. En su estilo perviven recursos polifonistas del siglo XVI, como la imitación entre las voces. Pero ya empiezan a aparecer conceptos barrocos, como la tendencia clara a la tonalidad, huida de complejidades contrapuntísticas, y mayor regulación rítmica. Utiliza, además, procedimientos probados por los madrigalistas, como la descripción melódica (escalas descendentes para «de coelo veniet«, repetición de entradas sobre la misma nota en palabras como «Dominus«, «Ecce veniet» etc.).
«De coelo veniet», interpretada por el Coro Araba Abesbatza
3.2.2 Giovanni Pierluigi da Palestrina: “Hodie Christus natus est”
Se trata de la antífona del Magníficat de las segundas vísperas del día de Navidad. Palestrina hace participar a dos coros, de 4 voces cada uno, para afirmar la solemnidad del día. A veces los dos coros dialogan entre sí, otras veces se juntan con una armonía a 8 voces, por ejemplo cuando quiere resaltar las palabras «canunt angeli» y en la parte final, en la que repite con ritmo ternario, más alegre que el binario central, el leitmotiv general: «Noé, noé, noé».
«Hodie Christus natus est», interpretada por el Sistine Chapel Choir
3.2.3 Cristóbal de Morales: “O magnum mysterium”
La música española vivió un momento brillante durante el Renacimiento. Se ha dicho que de Tomás Luis de Victoria la música española salta hasta Manuel de Falla; en medio queda un gran vacío.
El sevillano Cristóbal de Morales es, sin duda, el mejor exponente de la unión entre las escuelas romana y española del Renacimiento. Normalmente utiliza procedimientos imitativos. Los puntos de imitación o motivos entre las voces son, casi siempre, cortos, con entradas casi seguidas; lo que da a sus obras una tensión especial y un aspecto mucho más austero y denso que la de otros polifonistas españoles.
«O magnum mysterium», interpretada por el Weser-Renaissance Bremen
3.2.4 Tomás Luis de Victoria: “O regem coeli”
Es un motete típico de la época, dividido en dos partes, perfectamente diferenciadas, pero totalmente relacionadas gracias a la repetición al final de ambas de una serie de «Alleluias» en ritmo ternario, que desembocan en una coda final nuevamente en ritmo binario, que le otorga un carácter más solemne que el anterior.
Comienza con una aclamación homofónica breve. Cuando el texto comienza a narrar los acontecimientos del Nacimiento de Jesús, Victoria recurre a procedimientos imitativos entre las cuatro voces, volviendo de nuevo a la armonía vertical para decir, e incluso repetir con la misma armonía, «et in coelis regnat«. También los «alleluia» están tratados con armonía vertical como es norma cuando el ritmo se convierte en ternario.
«O regem coeli», interpretada por el Ensemble Plus Ultra
3.3 Villancicos
El nombre verdadero del villancico es copla de villancico. Se trata de unas composiciones musicales sencillas, destinadas a la participación del pueblo rústico, del populacho de a pie, o sea, de los «villanos«, en las funciones religiosas de la iglesia.
El género se desarrolló en España durante los siglos XVI, XVII y XVIII, a la par que en Francia se desarrollaban los «Noël» y en Inglaterra los «Christmas Carols». Durante el siglo XVI se cantaban villancicos en el oficio de maitines de Navidad; más tarde se introdujo el uso a las festividades de Pascua, del Corpus y de las fiestas de los santos patronos, sobre todo de la Virgen María.
Normalmente eran músicos competentes, casi siempre maestros de capilla, quienes componían la música de los villancicos. Con el fin de combinar la calidad musical con la participación popular, alternaban estrofas a cargo de un coro reducido, con los estribillos cantados por el pueblo. Un modelo que debieran seguir siempre los compositores de las músicas para los servicios religiosos.
Si la música de los villancicos era de buena firma, las letras no siempre revestían la misma calidad. El romance original, sencillo y hermoso, era casi siempre sustituido por coplas de invención popular, en las que no faltaban chispa y mordacidad. Al pueblo llano no se le ofrecían demasiadas ocasiones de manifestar su sentir y las aprovechaba bien. De modo que el texto de los villancicos fue degenerando hasta extremos que desaconsejaban su uso en los servicios religiosos.
Escucharemos al Coro Araba dos villancicos. El texto del primero (“Mañanicas floridas”) es de firma ilustre, nada menos que de Lope de Vega. El segundo (“Camina la Virgen Pura”) es totalmente anónimo, popular de León, con armonización de Luis Urteaga.
«Mañanicas floridas», interpretada por La Reverencia
«Camina la Virgen Pura», interpretada por Joaquín Díaz
3.4 Canción popular religiosa en Euskal Herria
Según Resurrección M.ª de Azkue, los cantos en lengua vulgar no entraron en las iglesias de Euskal Herria hasta comienzos del siglo XIX. Constata Azkue el hecho curioso de que el rezo del Santo Rosario era una práctica popular en las iglesias vascas desde la predicación de San Vicente Ferrer, hacia 1400; pero nunca se entonó una canción durante estos rezos hasta finales del siglo XVIII; sin embargo este mismo Santo Rosario se rezaba en las familias adornado por cánticos tan hermosos como «Errosarioko larrosa eder», recogido por el mismo Azkue en su Lekeitio natal.
Azkue sostiene que las primeras composiciones populares escuchadas dentro de las bóvedas de las iglesias fueron alegres villancicos de Navidad.
Son varias las tradiciones vascas de tema navideño. José Miguel de Barandiarán habla de una antigua leyenda que relaciona diversos fenómenos meteorológicos observados desde las cumbres de las montañas vascas, con el nacimiento de Cristo (Kixmi en la leyenda), que supuso el fin del paganismo en el País Vasco. Los últimos paganos o gentiles fueron enterrados en un gran dolmen, que recibió el nombre de Jentillarri.
Otra de las leyendas, más conocida y popularizada, es la de Olentzero, tipo pintoresco, bonachón, buen comedor, de cabeza hermosa y con la pipa en la boca, que recibió la noticia del nacimiento de Cristo cuando se encontraba ejerciendo su oficio de carbonero en el monte y, sin dudar un instante, bajó al pueblo para anunciar la buena nueva a sus paisanos.
Como ocurre en casi todos los países, los villancicos que se cantan en el País Vasco se pueden agrupar en colecciones muy variadas y tienen orígenes muy diferentes. Hay unos cuantos cuya calidad poética no es usual en la canción popular y denotan un origen culto y aristocrático. Es el caso de “Nork orain”, “Belenen sortu zaigu” y “Oi Betlehem” (esta última la dejaremos para casi el final).
3.4.1: “Nork orain”
«Como caso curioso quiero haceros oír un villancico de hace más de 200 años; es de 1705. Lo ha dado a conocer en la simpática revista de este Seminario (el de Vitoria) «Gymnasium» D. Manuel de Lecuona: es una investigación postescolar del coadjutor de Aya en Zarauz, D. Juan de Tellería. Villancico de un corte popular, que no desaparece a pesar de estar armonizado a cuatro voces por el delicado músico vitoriano D. José Uruñuela. La realización de la armonía ha sido hecha según dos particellas de soprano y bajo, que son las únicas que han aparecido» (P. Donostia, La canción popular religiosa en sus diversas manifestaciones, Crónica del IV Congreso Nacional de Música Sagrada, 265).
«Nork orain», interpretada por Lauetan Hogoi
3.4.2: “Belenen sortu zaigu”
«Tratando de canciones religiosas, hay que dedicar unos momentos a un capítulo, que no falta en ningún cancionero; es el de los Villancicos… hay algunos que son verdaderas joyas. ¡Qué finura, qué delicadeza, qué ternura no encierra este villancico que recogí en Navarra a una anciana de más de 80 años!
Hay en este villancico… una pureza, una ternura rara vez igualada en canción popular. Tal vez eso mismo indique un origen sabio, aristocrático. Pero la musa popular encuentra los acentos más variados para expresar sus sentimientos» (P. Donostia, La canción popular religiosa y artística en sus diversas manifestaciones, Crónica del IV Congreso Nacional de Música Sagrada, 265).
«Belenen sortu zaigu», interpretada por el Andra Mari Abesbatza y la Euskadiko Orkestra Sinfonikoa
3.5 Villancicos populares vascos. “Hator, hator”
Dice D. Resurrección M.ª de Azkue en su conferencia «La tradición de nuestra música popular religiosa», recogida en la «Crónica del IV Congreso Nacional de Música Sagrada», que las canciones religiosas populares nacieron fuera de las iglesias.
«Aun las canciones más piadosas… se usaban en veladas que celebraban nuestros abuelos alrededor del fuego, en noches de invierno, dedicados a trabajos domésticos, como hilar, desgranar alubias, deshojar maíz, etc…» (Resurrección M.ª de Azkue, La tradición en nuestra música popular religiosa, Crónica del IV Congreso Nacional de Música Sagrada, 286).
En las veladas familiares que menciona Azkue nacieron algunos cantos tan hermosos como el conocido “Hator, hator, mutil etxera”, recogido por el ilustre vascólogo en Otxandiano y publicado en su Cancionero Popular con el n.º 99.
«Hator, hator», interpretada por el Andra Mari Abesbatza y la Euskadiko Orkestra Sinfonikoa
3.6 Canciones de ronda
Algunas canciones de Navidad se remontan hasta las pastorales que, en alguna comarca de nuestro País, se celebran desde la Baja Edad Media: así el «Bozkario«. Del mismo género son los bellos textos, de los que no guardamos música, que aparecen en el Gabonetako Ikuskizuna de mi paisano Pedro Ignacio de Barrutia y Basagoitía.
El bloque más nutrido de cantos de Navidad lo crearon los mozos, que durante estas fiestas rondaban de casa en casa postulando el aguinaldo. De las noventa canciones de ronda publicadas por Azkue en su Cancionero Popular, cincuenta se refieren a la Navidad, doce al Año Nuevo y seis a la Adoración de los Reyes Magos.
3.6.1: “Asiko naiz” y “Asi dira”
Ofrecemos dos canciones de ronda del cancionero de Azkue. La primera, “Asiko naiz”, fue recogida en Ubidea, hace el n.º 922 del cancionero y fue utilizada por Jesús Guridi como la 7.ª de sus «Diez Melodías Vascas» para orquesta.
“Asi dira” es una variante de la anterior, recogida por Azkue en Olaeta y publicada también en el cancionero con el mismo n.º 922.
«Asiko naiz», interpretada por J.L. Aquizu y Banda de Txistularis
3.7 Canciones báquicas: “Dringilin dron”
De carácter muy distinto, más canción báquica que villancico de Navidad, es la canción “Dringilin dron”, n.º 108 del cancionero de Azkue, recogida en Aramaiona. Es la canción del pobre muerto de hambre, que del mensaje navideño sólo entiende el disfrute de una opípara cena de Nochebuena: «tripia betea daukat eta besteak or konpon» (tengo la tripa llena y los demás la arreglan).
«Dringilin Dron», interpretada por Josep y María
3.8 Belleza formal: “Oi Bethleem”
Hemos antes que algunos villancicos vascos tuvieron cuna noble y han mantenido su talante aristocrático hasta nuestros días. Entre estas obras se encuentra el “Oi Bethleem”. Su corte estrófico asimétrico, la repetición insistente de cada primer verso al final de las estrofas, el vuelo melódico, los contrastes armónicos de las funciones tonales, precisos y bien distribuídos, denotan, repetimos, una autoría instruida, que, por suerte, no ha sido distorsionada por la transmisión oral.
«Oi Bethleem», interpretada por el Andra Mari Abesbatza y la Euskadiko Orkestra Sinfonikoa
3.9 Un villancico universal: “Noche de Dios”
Para terminar, hay un villancico que es más villancico que los demás, la canción de Navidad por antonomasia. Nació en el pueblecito austríaco de Oberndorf, junto a Salzburgo, el día 24 de diciembre de 1818. Aquel día, el cura del pueblo, Joseph Mohr, deseando realizar algo especial, que rompiera la rutina en la misa de Nochebuena, escribió un poemita breve e inspirado y se lo llevó al organista del pueblo de al lado, que se llamaba Franz Xavier Gruber. Esa misma noche, a dos voces y acompañamiento de guitarra (el sacerdote la 1.ª voz y la guitarra, el organista el dúo) estrenaron la más universal de las canciones de Navidad.»
«Noche_de_Dios», interpretada por Plácido Domingo, Patricia Kaas y Alejandro Fernández
Sabin Salaberri Urzelai
Vitoria-Gasteiz, 16 de diciembre de 1995