DIOS-CON-NOSOTROS
La realización del XL Congreso Nacional Belenista nos hace volver la mirada hacia el lugar donde aconteció la venida del Hijo de Dios al mundo. María encinta es hogar y templo de Dios entre los hombres. También Belén y la tierra de Israel serán tabernáculo santo, allí donde Dios se hizo compañía y promesa de salvación.
Y de la misma manera, cada hombre, cada cristiano, puede -si lo desea- convertir su corazón en un hogar para Dios. Emmanuel no significa Dios-con-la-humanidad; así, en El Niño de Belén es Dios-contigo y Dios-conmigo; Dios-con-nosotros, con cada uno de nosotros.
MarÍa dijo «fiat«, hágase. Y en esa palabra condensó la más completa disponibilidad a los planes de Dios. Luego, a lo largo de su vida, confirmó repetidamente su «fiat» cada vez que el Señor le pidió la abnegada generosidad que caracterizó su existencia.
Cada cristiano debe llenarse de la ilusión y la esperanza de la venida de Cristo. Decir «hágase» a su petición y prepararse lo mejor posible para recibirle. Luego, con la alegría de su presencia en el corazón, debe seguir diciendo «hágase» ante cada acto de generosidad que el Señor le ponga por delante: ante el amor sacrificado por el prójimo, ante la aceptación decidida de la voluntad de Dios, etc.
El Emmanuel, Dios-contigo-y-conmigo, nos acompañará constantemente en el caminar de nuestra vida. Y María, cauce previsto por Dios para llegarse hasta nosotros, facilitará nuestro encuentro con Jesús. La Navidad es un tiempo oportuno para el encuentro renovado con Dios. La representación de los belenes son ocasión de gracia para este encuentro signo de un amor que invita de nuevo.
Por ello es tan importante la exhortación que hace la Familiaris consortio a las familias para que pongan cuidado en celebrar, incluso en casa y de una manera adecuada a sus miembros, los tiempos y festividades del año litúrgico (FC 61). Este seguimiento del año litúrgico encierra grandes posibilidades para promover la dimensión orante en las familias. Muestra de ello son algunas experiencias en torno al Adviento y la Navidad, en especial la entrañable tradición católica de los belenes. En este mismo sentido es muy conveniente potenciar esta hermosa costumbre que sin duda viene a enriquecer a las familias y a toda la sociedad con la sabiduría que encierra la Liturgia y la Historia Sagrada.
Por último, ruego a Dios que el XL Congreso Nacional Belenista a celebrar (D. m.) estos días en Castellón, y en el que espero participar activamente, sea un acontecimiento de gracia para todos. Sin duda este Congreso nos hará madurar mientras reflexionamos sobre la verdad, el bien y la belleza que los belenes nos muestran; y nos facilitará, así, experimentar y mostrar al mundo que Dios-está-con-nosotros.
Con mi bendición y afecto,
Juan Antonio Reig Plá – Obispo de Segorbe-Castellón
Deja un comentario