El belenista: apóstol y artista,
por Juan Giner Pastor
Artículo publicado en la revista Pastorela n.º 9 (12/1995)
de la Asociación de Belenistas de Callosa de Segura
Una de las manifestaciones populares más arraigadas y bellas de España es la del belén, que se instala en miles de hogares cuando llegan las fiestas navideñas, con su profunda esencia evocadora de sinceras tradiciones familiares.
El belenismo pasa hoy día por un momento auténticamente de oro. Buena prueba de ello son la multitud de asociaciones que impulsan esta piadosa acción tanto en España, como en Italia, Portugal, Francia, Austria, Suiza, Alemania y otros muchos países de Europa y América. Y que los maestros figuristas de Barcelona, Madrid, Murcia y Olot se ven desbordados ante la demanda de figuras, algunas veces, piezas de gran belleza.
Y es que el belén conmueve y llena de ternura los corazones. Por eso el belenista convierte su obra en una auténtica oración hecha de imágenes que plasman el sublime mensaje de amor y humildad que encierra el Nacimiento de Cristo en la gruta de Belén.
El belenismo recoge así, en cierto modo, la tradición de aquellos artistas medievales que mostraban en las pinturas y en los capiteles románicos y en las vidrieras y retablos góticos todo un mundo de sugerencias y enseñanzas para las sencillas gentes de la época. Por supuesto que el belenista ha de hacer trascender a su vida estos mensajes que el belén nacido de sus manos presenta y que no sólo abarcan aspectos puramente religiosos, sino que, aún siendo estos los más importantes, se amplían con todo un caudal de destrezas artísticas, artesanas y técnicas.
En definitiva, el belenista no es tan sólo apóstol, es también artista y, a veces, gran artista. Porque él quiere alojar ese mensaje de paz que transmite en la más hermosa realización plástica. Realización plástica que le obliga a perfeccionar sus habilidades y conocimientos en variadísimos aspectos de las artes y la artesanía: perspectiva, modelado, pintura, luminotecnia… Perfeccionamiento que le lleva, además, al estudio de los ambientes bíblicos históricos, costumbres y paisajes y, como consecuencia, a aprender de la naturaleza, mediante su contemplación, aquella realidad que el mismo está intentando mostrar, aquellos paisajes que él ha gozado viéndolos o pensándolos y que plasmándolos a través de su obra, quiere que también gocen los demás con la contemplación de esa simbiosis de tradición, emoción, devoción, inspiración y belleza que es el belén.
Juan Giner Pastor
Presidente de la Asociación de Belenistas de Alicante
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