La actualidad del belenismo
En la actualidad el belenismo vive una etapa de extraordinario auge, siendo muy numerosas las asociaciones de belenistas que desarrollan una intensa actividad por todas las provincias españolas. Al igual que son muchas las asociaciones de este tipo existentes en el extranjero.
Y es que montar un belén es una fuente de energía positiva y de creatividad, además de un auténtico y entrañable modo de hacer ambiente de familia en los hogares. Porque cada belén, por muy modesto que sea, reproduce siempre la dicha y el ambiente ejemplar de la Sagrada Familia, la alegría de los humildes pastores, la ilusión bendita de los poderosos Magos.
Cada belén es una auténtica escuela de buenos sentimientos, que se siembran en los niños y que cada vez que vean un belén recordarán los adultos. Ante un belén no hay ideologías ni partidismos; el belén nos une, porque nos habla directamente al corazón de familia, de sencillez, de ternura, de niñez. Y los años de niñez, salvo en los casos más extremos, suelen recordarse como repletos de ilusión y son evocadores de los seres más queridos: los padres, los abuelos, los hermanos. Montar un belén es, pues, proseguir una labor de evangelización plástica cuyas raíces tienen muchos siglos de tradición, materializando el sublime mensaje de la infancia de Jesús; de ese compendio de amor y de ternura, de humildad y de alegría, de sacrificio y de esperanza que la historia de la Navidad entraña, mediante la utilización de las más diversas habilidades artesanales, técnicas y artísticas: perspectiva, modelado, pintura, luminotecnia, escenografía… puestas al servicio de esa simbiosis de tradición, emoción, devoción, inspiración y belleza que es el belén.
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