Ayer falleció D. Henrike Knörr Borràs,
colaborador de la Asociación Belenista de Álava
Henrike Knörr Borràs
+ 30/04/2008
«Oi ama Euskal Herri goxoa,
zugandik urrun triste banoa…»
«Oh, querida madre Vasconia,
me voy, triste, lejos de ti…»
Paz y Bien, Querida Familia Belenista:
Ayer, miércoles 30 de abril de 2008, falleció en Vitoria-Gasteiz D. Henrike Knörr Borràs, profesor de la Facultad de Filología, Geografía e Historia de la Universidad del País Vasco en el campus de Álava y director de investigación de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca).
Este gran lingüista alavés (aunque tarraconense de nacimiento) fue el encargado de pregonar en 2004 la Navidad alavesa. En aquel conciso, precioso y muy didáctico Pregón de Navidad, pronunciado el 18 de diciembre de 2004 en el Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz, nos habló de las distintas tradiciones y canciones navideñas de nuestro territorio. A modo de homenaje, de dicho pregón nos permitimos extractar los siguientes párrafos, que creemos siguen estando de actualidad:
«Ahora cabría preguntarse: ¿Qué sabe hoy la gente de todas estas celebraciones y de toda su carga cultural?. ¿Qué saben nuestros escolares?. Y, ¿qué saben sus profesores?
¡Eso es cosa de curas!, puede decir algún listillo, como oí una vez a alguien que guiaba a unos alumnos en una iglesia. ¡Como si para saber eso uno tiene que haber recibido órdenes sagradas o haber hecho los votos de monja!
Señoras y señores: ante nosotros tenemos el resultado de una terrible incultura, una de cuyas causas, aunque no la única, es el haber confundido cultura religiosa e instrucción religiosa. Pero la cuestión está clarísima: sin cultura religiosa la gente se convierte en marciana. Cientos, miles de cosas, se les escaparán en iglesias, museos, libros, películas, o paseando por pueblos y ciudades. El beso de Judas, Herodes, el buen samaritano, etc., etc., son elementos de nuestra cultura, y es absurdo atribuirlo a ser clérigo o creyente. Llorar como una Magdalena, contrariamente a lo que pensaba una muchacha, no se dice porque en el horno las magdalenas echan esos hilitos como lágrimas, sino por la pecadora arrepentida del Evangelio.
Es hora de que lo digamos sin rodeos: aquí ha habido una desidia terrible, una dimisión colectiva de responsabilidades, y ante todo en los dos pilares sociales de más importancia: la familia y la escuela. Hay desde luego otros males, pero éste es particularmente grave. Es un deplorable corte en la transmisión de unos conocimientos básicos. ¿Qué sentido tiene aquel nombre de Educación General Básica, si parte de la base se excluye?
La dejación, o para hablar más claramente, la dimisión de responsabilidades, abarca, sin duda alguna, otros campos. Es la sociedad la que debe articularse mejor, consciente del bien común, y consciente de todo el peso cultural, rico y complejo, del pasado y del presente. Es la sociedad, sobre todo, la que ha de encararse a los problemas, conflictos, resquemores, procurando que nada importante quede soterrado, por efecto del miedo o el resentimiento. Porque no es bueno silenciar conflictos y temores, por la razón que fuere. Tampoco por cuestiones de lengua…»
Nos sumamos al dolor por su fallecimiento.
Descansa en paz, Henrike Knörr Borràs.