Categoría: Asociación de Belenistas La Adoración de Arcos de la Frontera: Textos Publicaciones

Técnicas de construcción de belenes, por Antonio Bernal González

20 Dic 97
Presidencia FEB
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Técnicas de construcción de belenes, por Antonio Bernal González

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Visitando, observando, y conversando con algunos de los excelentes belenistas jerezanos, he aprendido a perfeccionar muchas de las técnicas de construcción y acabado que, año tras año, vengo aplicando en los míos de Arcos.

En esta ocasión voy a explicar algo que descubrí a raiz de mi visita, la pasada Navidad, al belén de Antonio Peña Bernal en Picadueña Vieja.

Venía observando como Antonio daba a sus construcciones un acabado de pintura que me llamaba la atención de manera especial: rincones, recovecos, techos de vigas, piedras y baldosas de ladrillo viejo.

Lo que me contó y lo que yo he sido capaz de descubrir, utilizando esta técnica, constituye la base del contenido de este artículo.

Envejecimiento del pintado con «tierras»

Una vez construida y recubierta la edificación, con escayola o plaste (se consiguen excelentes resultados trabajando con paciencia el plaste pues permite acabados más minuciosos y delicados), se utiliza la conocida técnica del claro-oscuro, empezando por pintar de gris o caqui, que puede ser un color también muy apropiado para el fondo.

Después vamos aclarando con sucesivas manos de blanco un poco manchado de ocre o sencillamente con blanco.

Esperamos que la pintura esté totalmente seca, para lo cual es recomendable dejar el trabajo para el día siguiente.

Por último aplicamos el pintado con las «tierras».

Las llamadas «tierras», se venden como tales en droguerías y casas de pinturas y son unos polvos para disolver en agua. Los colores más usados, en nuestro caso, son: el ocre, verde y marrón (nogal).

Cómo trabajarla

La «tierra» se disuelve en agua dándole más o menos densidad según queramos que sea la intensidad de la mancha.

Se aplica sobre la superficie a tratar con una brocha o una esponja empapada en el líquido resultante, pasando de inmediato a limpiar con un trapo o esponja mojada en agua limpia y escurrida lo suficiente como para que limpie lo que deseemos y deje manchado lo que nos interese.

Esta operación se repite cuantas veces sea necesaria hasta conseguir el efecto deseado.

Mezclando el verde con algo de marrón se consigue el efecto de paredes manchadas por el paso del tiempo.

El marrón sólo (en mayor o menor intensidad), imita casi a la perfección, las manchas producidas por el chorreo de betunes y aceites aplicados a las maderas para su conservación.

Los tres colores trabajados con habilidad, son de una gran ayuda para dar realismo a piedras de tipo de areniscas, con tonalidades que van desde el amarillo suave, pasando por el amarillo verdoso al marrón más o menos oscuro.

Todo lo que cuento lo he aplicado, con cierto éxito, en el belén que esta Navidad se podrá contemplar en el edificio que las Hermanas Salesianas, tienen en la Calle Corredera.

Antonio Bernal González – Secretario de la Asociación de Belenistas «La Adoración»

Diez nociones básicas para mejorar su belén, por Rafael Castro Cotrino

20 Dic 97
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Diez nociones básicas para mejorar su belén, por Rafael Castro Cotrino

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Aunque nuestra Asociación organiza cada año cursillos sobre técnicas de construcción de belenes, para aquellas personas que por cualquier razón no hayan tenido acceso a ellos, a continuación se enumeran una serie de recomendaciones para ayudarles en la construcción de los suyos:

En primer lugar tenemos que pensar en la ubicación del mismo, qué espacio y con qué figuras contamos. Para aquellos que no estén muy iniciados es recomendable que hagan un boceto.

El material más utilizado hoy en el belenismo es el porexpán (conocido vulgarmente como corcho blanco), por su poco peso, manejabilidad, fácil de cortar y precio asequible. Se puede pegar entre sí o con otros materiales, con cola blanca de carpintero o pegamento especial. Recomendable la cola blanca. Para mantener las uniones se emplean puntillas o palillos de diente. Una vez seca la cola, se cubre la construcción con escayola, se espera que seque bien y se pinta con pinturas al agua.

Cuidar desde el inicio la proporcionalidad: entre figuras, construcciones, utensilios, etc.

No cargar excesivamente una escena; poner una figura o un adorno de más puede arruinar el conjunto.

Si el belén es abierto, campo, montañas, ríos…, para conseguir efectos de lejanía o cercanía, tenga en cuenta que los colores cálidos: rojos, anaranjados, amarillos… acercan, y los colores fríos: azules, verdes, violetas, grises… alejan (por ejemplo, las montañas lejanas, irían en tonos azulados y violetas).

La luz debe ser suficiente para que se vea bien la escena que se quiere representar, adaptándola al momento del día de dicha escena.

Para la construcción de puertas, ventanas, celosías, etc., son muy buenas las cajas que vienen con las fresas. Si no es posible hacerse con éstas, existen en el mercado la madera de balsa, okumen o tablex.

Una hoguera siempre crea un efecto más humano y le da «Calor de hoguera» a la escena.

Para dar efecto de caída a las telas que se empleen cubriendo puertas, ventanas y vanos, se deben mojar en agua con cola y darle forma. Una vez secas quedarán rígidas, tomando la forma deseada.

Plantas naturales usadas como vegetación (utilizar siempre teniendo en cuenta las proporciones): pequeñas pitas (de las de pitón), otros pequeños cactus, muy socorrido para todo el tomillo, dependiendo del tamaño puede servir como árbol, enredadera, matojo, etc. Pequeñas ramas de arbustos para árboles sin hojas. El ramaje de los árboles se puede crear con carrasca, esparragueras y ambulagas. También se utiliza el romero. La hoja del pino para simular los juncos de un río. Con el musgo, que se puede coger en cualquier sitio de nuestra sierra, se puede crear, pinchado en un palito, lo más parecido a un pino.

Para terminar, esta receta belenista:

Coged estas nociones, un poco de paciencia, algo de voluntad, ponedles el entusiasmo de los niños, añadir que seais un poquito manitas, unos pastiños y un copita de anís, pedir que sigamos viviendo en Paz y mezclar todo enérgicamente. Dejar reposar, y cuando lo veais a punto, empezad a disfrutar de una Feliz Navidad. Es mi deseo.

Rafael Castro Cotrino

Recordando la Navidad, por Manuel Porro Martínez, belenista

20 Dic 97
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Recordando la Navidad, por Manuel Porro Martínez, belenista

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

De nuevo ya está en nuestros oídos y en nuestros corazones, esta dulce serena y grandiosa palabra, ¡Navidad!

Nos maravillamos nuevamente con esa Noche Santa, que no es otra que la Noche Buena, volverá a resplandecer la luz, que esa bendita noche brillará más que ninguna otra, porque ha nacido el Niño de Dios hecho hombre.

Sonarán las campanas, las panderetas, las castañuelas, las palmas, las zambombas, los Villancicos y volveremos a desearnos muchas felicidades, con besos, abrazos y cómo no, reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestros familiares y amigos. Todos los años nos parecen nuevos esos sonidos, esos cánticos y esas felicitaciones que incluso llegamos a creernos y hasta prometemos que vamos a ser mejores.

De verdad lo vamos a cumplir a partir de este nuevo año; una medida muy eficaz sería instalar, cada uno en su casa, un belén, aunque sea solamente el Misterio de la Sagrada Familia; es bastante, no hace falta más, lo tengamos expuesto en esta Navidad para que lo miremos, le rezemos, le cantemos y le pidamos al Niño Dios. Creo que poniendo el corazón, sinceramente algo se habrá conseguido, porque no falta el pedir solamente por nosotros, sino también por nuestro prójimo.

El belenista debe provocar con su obra el sentido de llegar a ese corazón que según dicen todos tenemos, creando en su propia obra un vehículo de comunicación con el espectador. Creando un belén, se convierte en un medio para alcanzar un buen fin, así que cuando hablemos de la perfección de un belén, no debemos criticar la obra de una manera aislada, hay que profundizar en cómo el belenista ha plasmado sus sentimientos y nos ha hecho llegar su mensaje. Sería triste y vacío el hacer un belén en el que el único deseo fuera el llegar a una perfección entre la realidad y la obra. El espectador participa en el belén, en el sentido de ser necesaria su figura para completar la comunicación que supone la contemplación del belén.

Podríamos afirmar que la obra no está acabada si no hay quien la contemple. Y esa contemplación resume y da sentido, con el único deseo para el belenista de que su obra sea mirada con el corazón.

Manuel Porro Martínez – Belenista

Para los belenistas viejos y nuevos, por Víctor Marín Solano, «viejo belenista»

20 Dic 97
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Para los belenistas viejos y nuevos, por Víctor Marín Solano, «viejo belenista»

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

El domingo día nueve de noviembre pasado, recibí la simpática visita de unos jóvenes belenistas que, si por un lado me llenó de alegría, por otro me puso en situación de compromiso, pues venían pidiendo mi colaboración, para una revista, que la Asociación pretende lanzar para las vísperas de Navidad, y claro, el tiempo apremiaba pero consideraban que mi calidad de ser el más «viejo» de los mismos me obligaba a ello.

Y, ¿quién decía que no?, tengo material para llenar un libro, y decidí centrarme en algo que ya he dicho, y que, por reiterativo, como los anuncios, hacen más efecto.

¿Me creeríais si os digo que cuando estaba dedicado a construir algo para un belén era tal la concentración que ponía en ello que el alma la sentía enferma?

Tal como me sucedió cuando construí el famoso Templo Egipcio, (hoy propiedad de la Asociación), mi entrega fue total, hasta el agotamiento. Realmente sufrí por las dificultades encontradas, pero también disfruté a lo grande.

La mayoría de las personas sólo conocen su parte material, su aspecto externo, pero ignoran su esencia íntima, ese espíritu que de ello emana y que tan claramente lo percibe quien lo construye.

Por eso el belén es mucho más, tanto que huye de toda definición. Es un cúmulo de sensaciones sublimes, es una auténtica manifestación de fervor, un culto interior a estos sublimes misterios, un verdadero poema de religiosidad que llena el alma y la inunda de gozo espiritual. Es fragancia de gracia que llena la morada del cristiano.

¿No creéis que cuando el constructor de un belén o diorama, extasiado en su labor, aislado de todo otro pensamiento, no está más cerca de Dios, alabándolo tan intensamente, que sin palabras está dirigiéndole una verdadera oración?

Sin embargo, no todos piensan igual; hay quien, en su ignorancia, sostiene que el belén es cosa pueril, ingenua, sin ninguna trascendencia, permitiéndose mirarnos desdeñosamente con la sonrisa indulgente del que todo lo sabe, al ver a personas ya mayores dedicadas a tan noble tarea, que llenan el alma de ilusiones y entrega en un auténtico arrebato espiritual, que a ellos parece denigrante y aún deshonroso.

Pero nosotros, los belenistas, mirémoslos impasibles y despreciativamente desde lo alto de nuestro sublime pedestal y sigamos tranquilamente con tan loable afición.

Este embrujo que irradia de su hermosura es sólo un vehículo para plasmar un tema religioso, el de aquel momento y lugar en que nació el Niño Dios.

Por eso, aquel belén o diorama que fantaseado, plasmado e ilusionado en nuestra obra, es nuestro Belén; un paisaje que aún imaginado, creemos verdadero y para nosotros ha conseguido transmitir su sublime mensaje. El construir un belén no es un pasatiempo, es algo más profundo y transcendental.

Por ello, os invitamos a que pongáis vuestro belén, sencillo, elemental, pero que no falte en ninguna familia un algo de esta costumbre tan cristiana, como española.

Y…, sería mucho pedir que os olvidéis de esas zarandajas de cintas de colores, arboles de Noël, bolas de brillantes producto de extraña importación de paises no demasiado cristianos y, ¡quién sabe con qué fines!, que con su brillo y relumbrones y el afán de novelero pronto ganaron adeptos, pero que no tienen más belleza que sus destellos y fulgores, pero carecen de toda emoción espiritual, de ese atractivo que nos produce aquel niño abrigado por las pajas que lo envuelven y el aliento de los dos nobles animales bajo la tierna mirada de sus padres.

¡Qué abismo de uno al otro!

Ánimo amigos, haced un esfuerzo y manos a la obra y poned aunque solo sea aquel misterioso Misterio.

Víctor Marín Solano – «Viejo belenista»

Dos caminos hacia una misma meta, por Vicente Prieto Bononato

20 Dic 97
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Dos caminos hacia una misma meta, por Vicente Prieto Bononato

(Artículo publicado en la revista Pesebre n.º 1 (1997) de la Asociación de Belenistas «La Adoración»)

Los caminos del Señor son inescrutables. Inesperadamente y sin alcanzar a explicarnos por qué, unos acontecimientos previstos y programados nos conducen a unas consecuencias muy distintas de las pretendidas. La suerte…, el azar… Para los que tenemos fe, la mano del Dios omnipotente que mueve los hilos de nuestra existencia según sus sabios e infalibles designios.

En fechas muy cercanas al Congreso Nacional Belenista, celebrado en Gijón en el año 1985, y cuando ya la Asociación de Belenistas de Jerez preparaba su viaje hacia tierras asturianas, fuimos invitados en Jerez a un acto público promocional de no sé qué iniciativa de Iberia Lineas Aéreas. Allí y tras las perceptivas intervenciones de los organizadores presentando el producto, el locutor Manolo Doña, conocido y buen amigo, procedió a sortear entre los invitados, varios obsequios de distinta índole, donados a tal fin por entidades y casas comerciales.

Gracias a nuestras relaciones con los munícipes jerezanos habíamos conseguido en aquella ocasión, la cesión gratuita de un autocar de 50 plazas para proveer el desplazamiento a Gijón de los belenistas jerezanos inscritos a las jornadas del congreso, en el cual disponíamos de varias plazas libres.

En nuestro interés por promocionar públicamente (de manera gratuita en este caso), las incipientes actividades de nuestra Asociación, se nos ocurrió donar para su sorteo, dos plazas de dicho autocar para asistir al mencionado Congreso. Así lo hizo el presentador y allí mismo fueron adjudicadas a unas señoras desconocidas para nosotros, que asistían sentadas en una mesa próxima.

Puestos en contacto con las agraciadas, resultaron ser de Arcos de la Frontera y ¡oh casualidad!, grandes amantes del «Nacimiento» y de las tradiciones navideñas, por lo que puestas al día del programa, no dudaron en inscribirse para viajar con nosotros en disfrute de su suerte; como así hicieron a las pocas fechas en unos días de gratísima convivencia belenista entre las personas de sensibilidad concordante.

Allí nació nuestra sincera amistad y gran estima por Carmen Temblador, «Carmelita la de Arcos» como los belenistas jerezanos llamamos cariñosamente a la activa y eficaz cofundadora y hoy presidenta de la Asociación de Belenistas “La Adoración” de Arcos de la Frontera.

Testigos del paulatino asentamiento y contínuado crecimiento «en edad, saber y gobierno» del belenismo arcense, en bastantes ocasiones desde entonces, hemos repetido la gratísima experiencia de viajar juntos para asistir a Congresos Belenistas en los más dispares puntos de nuestra geografía, primando siempre entre los belenistas de Jerez y de Arcos una especial corriente de simpatía que con los años se ha convertido en amistad y admiración hacia una asociación que consideramos como algo muy próximo y entrañable, y con la que cualquier posibilidad de colaboración se ve siempre satisfactoriamente culminada por ambas partes, para bien de nuestra tarea difusora del belenismo en la provincia gaditana.

Los tiempos y nuestra responsable predisposición, nos han llevado a ocupar desde 1994, la presidencia de la Federación Española de Belenistas, actual punto de encuentro y epicentro de todo el asociacionismo belenista en nuestro país y germen vivo de la difusión de nuestras tradiciones belenistas y navideñas, en cumplimiento de nuestro común mandato estatutario.

Cuatro asociaciones de belenistas tiene la provincia de Cádiz integradas en la Federación; siendo por orden alfabético: Arcos de la Frontera, Cádiz, Jerez y el Puerto de Santa María, constituyéndose acaso con Alicante, la provincia que aporta mayor número de entidades a la nómina federativa, clara muestra de la vigencia y pujanza del belenismo en esta bendita tierra, que sabe amar sus tradiciones como nadie.

Poco a poco, pasito a pasito, sin prisas pero sin pausa, con mimo entusiasta, nuestras asociaciones coprovincianas van consolidando su presencia en la sociedad y adquiriendo la vitalidad que hace prever muchas e importantes metas.

Buena prueba de que este es el camino emprendido por la Asociación de Belenistas «La Adoración» de Arcos de la Frontera, son sus cada vez más numerosas y atractivas actividades, marcadas siempre con el sello auténtico y justificador de lo hecho con el corazón. En este capítulo de actividades belenistas, nos complacemos ahora en escribir el primer prólogo de esta revista que por primera vez ve “la luz de La Peña”, que canta el popular villancico arcense, y al que deseamos y auguramos una larga y prolífica andadura, para bien de nuestra «bendita manía belenista».

Vicente Prieto Bononato – Presidente de la Federación Española de Belenistas