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Portada del libro "Belenes y Pesebres de España" coordinado por Augusto Beltrá Jover, editado por la Federación Española de Belenistas (2009)

Prólogo de Belenes y Pesebres de España, por Juan Giner Pastor

16 Oct 09
Presidencia FEB
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Prólogo de Belenes y Pesebres de España

Artículo publicado en el libro Belenes y Pesebres de España (2009) de la Federación Española de Belenistas

Portada del libro "Belenes y Pesebres de España" coordinado por Augusto Beltrá Jover, editado por la Federación Española de Belenistas (2009)Este libro, «Belenes y Pesebres de España», convierte en realidad un proyecto de años, de muchos años: narrar en una publicación digna la historia de la Federación Española de Belenistas, mostrando también la obra y la trayectoria de las asociaciones que la integran, como depositarias de un inmarcesible bagaje de cultura, arte, tradición, religiosidad y raigambre familiar.

Desde que en 1963 cinco asociaciones fundaran la Federación Española de Belenistas hasta las setenta y cinco que la integran ahora, mucho se ha trabajado ilusionadamente, contando casi siempre con el apoyo de entidades, instituciones y autoridades, pero, sobre todo, con el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de miles de belenistas y pesebristas que han hecho posible un amplio muestrario de proyectos y realizaciones, teniendo la guía ejemplar de San Francisco de Asís y de la Sagrada Familia de Belén.

Pesebristas y belenistas que, además de ser capaces de realizar hermosos trabajos, procuramos dar ejemplo de una actitud vital acorde con el mensaje de paz y amor que cada belén entraña.

Porque belenistas y pesebristas no sólo hemos de atesorar habilidad manual, inventiva técnica y facultades artísticas para plasmar plásticamente los misterios de la Natividad del Señor; debemos, asimismo, poner el corazón y el alma al servicio del ideal de amor y humildad que el Nacimiento de Jesús en Belén entraña.

Ser pesebrista y belenista es dedicar tiempo y entusiasmo en proseguir una labor de evangelización cuyas raíces tienen muchos siglos de tradición, haciendo de la vida una proyección real del mensaje plasmado en el belén y el pesebre.

Cuando el desasosiego, la violencia, la injusticia o el escándalo se han convertido en asuntos cotidianos, belenistas y pesebristas -hombres y mujeres que vivimos y trabajamos como otros muchos millones de personas- hemos elegido una forma peculiar de apostolado que aglutina religiosidad y arte. Lanzamos año tras año un mensaje visual de paz, de amor, de dichosa y sencilla vida cotidiana: la que se inspira en aquella Sagrada Familia nazarena que vivió en Palestina hace más de dos mil años. Pesebristas y belenistas pretendemos expresar con nuestras obras plásticas que la felicidad no depende de la riqueza ni del poder, que la felicidad brota íntima y profundamente de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestra conformidad responsable y sincera ante los designios de la voluntad divina. Como la Sagrada Familia nos manifestó ejemplarmente.

Belenistas y pesebristas encontramos, al realizar nuestros trabajos, ese íntimo sosiego que tan raro es ya en nuestra tecnificada época de prisas y agobios. Y cuando recreamos campos, montes, pueblos o palacios, afirmamos que la felicidad está al alcance de la mano si somos capaces de disfrutar diariamente con las pequeñas cosas que la vida nos ofrece, si podemos superar tranquilamente adversidades y metas sin otro afán que cumplir sobradamente con nuestro deber. Que el progreso ha de ser un medio y no un fin alienante. Ha de ser el camino imprescindible para que se cumpla en la Tierra el plan divino que nos convierte en imagen y semejanza de aquel Niño nacido en Belén, el Salvador, el Mesías, Dios hecho hombre para mostrarnos la auténtica verdad para una vida plena: el Amor.

Y las asociaciones de belenistas y pesebristas, agrupando y canalizando la ilusión de quienes sentimos el afán de realizar pesebres y belenes, son instituciones que se esfuerzan por mantener, potenciar y animar esta actividad que aúna el arte, la tradición, la historia y la fe. Esta actividad que nos obliga también a dar testimonio vital del mensaje imperecedero que el belén y el pesebre atesoran, pues sería una auténtica incongruencia hacer pesebres y belenes sin poner en práctica todo cuanto suponen: humildad, paz, fraternidad, bondad… Vivamos de acuerdo con ello, porque seguro que los belenes y pesebres que realicemos serán un auténtico reflejo de la concordia que alienta el mensaje angélico: «¡Gloria a Dios, paz en la Tierra!».

Juan Giner Pastor
Catedrático de Historia
Maestro Mayor Belenista

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